Crisis en el PSM

El vodevil madrileño

La Razón
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El enredo que ha organizado el PSOE en Madrid parece diseñado por Esperanza Aguirre y su equipo. Es imposible hacerlo peor. Es sorprendente la perseverancia a la hora de deteriorar sus ya escasas perspectivas en las autonómicas y municipales. Tomás Gómez es ya un candidato amortizado, porque si se presenta lo hará con el estigma de contar con el rechazo de la dirección de su partido. Su imagen es la de un fracaso. La otra opción, Trinidad Jiménez es ahora igual de mala porque sería el resultado de una imposición y una burla a la democracia interna. Hasta hace nada, la presentaban como una gran ministra y próxima al presidente. Por ello, sorprende que la «premien» con una derrota segura. En esta misma línea de caos e incoherencia, cabe preguntarse por qué se insiste en que Gómez ha hecho un gran trabajo y lo quieren laminar. Finalmente, dónde está la democracia interna en el PSOE. Por cierto, lo de Lissavetzky como alternativa a Gallardón es un inquietante desconocimiento de la realidad.