Crítica de cine/«Aurora boreal»: Larsson en femenino

No tiene nada que ver con «Fargo», aquel espléndido «thriller» de los Coen, pero «Aurora boreal» también transcurre en páramos nevados, gélidos por dentro y por fuera, y hay una policía embarazada más lista que el hambre. Falta, sin embargo, el humor de los hermanos estadounidenses, aunque dífil era para cualquier director salpicar de comedia el terrible drama que cuenta la película, adaptación de la novela homónima escrita por Asa Larsson, otra pluma fundamental de la literatura «negra» nórdica (pero cuánto le deben los escritores de aquel lugar europeo al autor de «Milleniunn»...). Sí, un tema terrible y con gancho: Viktor Strandgård, el predicador más famoso de Suecia, es asesinado en la iglesia de la ciudad donde vive. La hermana de la víctima se convierte en la principal sospechosa. Una amiga, abogada de éxito, intentará encontrar al culpable en medio de un filme a vueltas con escándalos facilones y más frío, también él, que un carámbano. Aunque hacia el final hay un giro interesante, al realizador hace ya metraje que la historia se le escapó cruda. Cierto: la venganza y el «thriller» deben servirse siempre en caliente.