Cataluña
«Pole» entre abucheos
El público de Barcelona recibió con pitos y gritos de «¡fuera, fuera!» a Simoncelli, el más rápido ayer
No es nada habitual ver al público del motociclismo pitando a un piloto. La gente va a los circuitos a disfrutar del espectáculo, y a animar a su preferido más que a ponerse en contra del resto. Pero con Simoncelli es distinto. En 2009 ya escuchó abucheos a su paso por la tribuna principal de Montmeló y sólo le ovacionaron cuando tuvo que abandonar por problemas mecánicos. Ayer, con el incidente con Pedrosa tan reciente, las gradas le mostraron de forma mucho más vehemente su descontento. Mientras se bajaba de su Honda en el parque cerrado y atendía a las televisiones después de haber sido el más rápido en la sesión oficial, de fondo se escuchaban gritos de «¡fuera, fuera! y silbidos más propios de otros deportes.
Además de recordarle verbalmente su maniobra ilegal, los aficionados también lo hicieron por escrito, con pancartas en las que se podía leer: «Niente Simoncelli y Forza Dani».
La presión sobre «Super Sic» ya comenzó antes de llegar al circuito con amenazas de muerte por correo electrónico, algo que obligó a su equipo a ponerle seguridad personal nada más bajarse del avión. Cada trazada suya va a estar vigilada con lupa a partir de ahora, algo que parece preocupar muy poco a Simoncelli, que se liberó de la presión arrebatando la «pole» en la parte final del entrenamiento a Stoner: «Creo que es la mejor manera de olvidar lo que pasó en Le Mans, y especialmente después de todo lo que ha dicho la gente. Le Mans se acabó, ahora estoy en Cataluña, y trataré de hacerlo lo mejor que pueda en la carrera», dijo el protagonista, que una vez más recibió el apoyo de su mayor crítico esta temporada: «Está todo olvidado y me gustaría que la gente no le diese más importancia. No me han gustado los silbidos. Se equivocó, como otros pilotos, y le servirá para aprender. Después de la polémica será difícil que lo vuelva a hacer, va a cambiar y será más cerebral», reflexionaba Jorge Lorenzo.
El líder del Mundial no acabó de encontrar ayer la tracción en su Yamaha, aunque finalmente consiguió alcanzar el tercer lugar de la parrilla, por detrás de Simoncelli y Stoner: «Lo más probable es el podio. La victoria va a estar muy cara para mí». Rossi, a pesar de su cambio de «look» sigue deprimido y terminó séptimo.
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