Sánchez Gordillo: de Suiza a Venezuela

SEVILLA- El alcalde de Marinaleda y líder de la CUT-BAI, Juan Manuel Sánchez Gordillo, aseguró ayer estar aún a la espera de conocer la sanción que la dirección de IULV-CA le impondrá por haber roto la disciplina de voto en el pleno de investidura del socialista José Antonio Griñán, al no serle posible votar a su candidato Diego Valderas.

Es consciente de que la formación ya ha abordado el asunto en una Ejecutiva, aunque no le han comunicado la decisión. ¿Por qué no lo han hecho todavía? Si a finales de abril viajó hasta Suiza, invitado por asociaciones estudiantiles y próximas al 15-M para trasladar la experiencia cooperativa de su municipio, ahora Sánchez Gordillo está en Venezuela donde imparte charlas «en varias universidades» y mantiene «encuentros con alcaldes y campesinos», cortesía de la radio nacional del país americano.

Desde allí confía en que no le quiten «la Portavocía de Agricultura» de la federación, que ostentaba junto a la de Vivienda y a la de Sanidad antes de las elecciones del 25-M. «Si lo hacen –apunta contundente– lo entenderé como un castigo por expresar mi opinión».

En ese sentido, advierte: «Que no se le olvide a nadie que soy el responsable de Agricultura a nivel federal y el de Reforma Agraria a nivel europeo de La Vía Campesina, una organización internacional que cuenta con alrededor de 300 millones de afiliados y que comprende en torno a 150 organizaciones locales y nacionales en 70 países». «Vamos –apostilla– que entiendo del tema seguramente más que muchos otros», desliza.

Desde Venezuela se refirió, asimismo, al ajuste presupuestario de más de 3.700 millones que tendrá que ejecutar el Ejecutivo andaluz para calificarlo de «barbaridad». «No es más que lo que sabíamos que iba a suceder», señala y se explica: «Izquierda Unida no puede estar en un Gobierno para bendecir recortes, aunque éstos sean, como se justifican ahora, por imperativo legal». Desde esa óptica, el dirigente jornalero llama a la «insumisión».