Ciclismo
Todos contra Contador
Llegan las tres infernales etapas de montaña que decidirán el rumbo del Giro de Italia. El Grossglockner hoy, el Zoncolán mañana y Gardeccia Val di Fassa el domingo esperan a los rivales de Contador para desbancarlo. "Corro para ganar, no para ser segundo", avisa Nibali. "Es imposible atacarle", desespera Arroyo.
Es el momento de la verdad. El Giro cambia de temperatura, del calor arrastrado desde Turín, su "alpini"con jarra de cerveza en mano, la costa mediterránea, el choque frontal con el ascético sur del país y la bucólica Tropea con el chispeante ataque de Alberto Contador. Todo eso queda atrás, tanto como su latigazo, el azote del rey a sus súbditos para rendir rodillas a sus pies sobre el volcán del Etna. "Una bofetada"en palabras de Michele Scarponi, el único de sus rivales que llegó a responder a su ataque para acabar desvaneciéndose poco después. Pasado borrado de la mente, porque es ahora cuando llega el momento de la verdad con el cambio de temperaturas en el Giro. Del volcán en plena explosión que era el Etna, al glaciar del Grossglockner. Hielo para calentar la "corsa rosa".
Será en los 2.137 metros de altura donde el Giro de Italia posará su primera meta de entidad, fronteriza con el paso a Austria para ascender la segunda montaña más alta de los Alpes tras el Mont Blanc. Una cumbre que en realidad es una autopista, pues el Grossglockner y su glaciar a las faldas del valle cimentó una carretera como vía para unir las dos vertientes. Peaje al cielo por una pista perfectamente pavimentada. Trece kilómetros de asfalto impoluto con doble carril en el que se suma hasta el 14% de pendiente máxima en su última parte antes de una mínima bajada para encarar los tres kilómetros de rampa hasta la meta real. "Es una etapa difícil", asegura Antón, "pero no decisiva, porque después está el Zoncolán y la gente se guardará las fuerzas".
"Empieza la guerra", advierte Nibali, el tiburón con dentadura afilada que muerde, correoso el cuchillo entre los dientes. Y empezará en el mismo momento que el Giro, o mejor dicho sólo sus ciclistas, se aferren con fuerza a los manillares como empuñadura de supervivencia en el Crostis el sábado. 210 kilómetros con final en el Zoncolán y cuatro puertos previos, entre ellos el más polémico del Giro, el que más preocupa por su descenso a tumba abierta y sus seis primeros kilómetros sin asfalta. Una bajada que sólo gusta a los italianos y a la que todos los favoritos españoles han catalogado de "innecesaria".
Atractiva se presenta especialmente para Vincenzo Nibali, uno de los mejores especialistas en descensos y gran derrotado en el Etna, en su casa, el pasado domingo. "Da la impresión de subir mejor que los demás, que tiene un pedaleo fácil y elegante pero yo sigo corriendo para ganar", dice esperanzado el líder del Liquigas.
Gusta y mucho la pared del Zoncolán, sus 10 kilómetros, con una media del 12% que se eleva hasta el 22, a David Arroyo. El año pasado retuvo la "maglia rosa"frente a Ivan Basso, que ganó la etapa y no oculta que le haría "ilusión"hacer lo propio este año. Pies en el suelo los del rubio del Movistar. Sensato por ser otro de los muchos que claudica a quien le somete. "Hacer daño a Contador son palabras mayores. Es su terreno y atacarle es imposible". Territorio vetado, más aún cuando el madrileño ya tiene señalado el Zoncolán como su cima favorita de este Giro que se baila al compás de su pedaleo estiloso.
El infernal menú se complementa con el Gardeccia Val di Fassa. El postre. Es la que más gusta a Vincenzo Nibali, "donde se harán más diferencias por el desnivel que acumularemos". Un sube-baja continuo de 229 kilómetros con cuatro puertos antes de la subida final, entre ellos el Giau, el techo del Giro, y el Passo Fedaia antes de la escalada hasta el Refugio Gardeccia, seis kilómetros con rampas del 16% en el kilómetro final. Terreno de sobra para quienes, como Scarponi, toman por ley el "hay pasar al ataque". "Contador nos ha dado una bofetada pero de aquí a Milán...",advierte .
Tras el día de descanso llegará la cronoescalada del Nevegal y otras dos etapas montañosas. "¿Que si correré al ataque o a la defensa?", le preguntan a Contador. "Como me diga el corazón". Todo queda dicho.
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