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Nuevo bochorno de los indignados

Los indignados anunciaron el martes que que querían bloquear ayer la Audiencia de Barcelona,con el objetivo de impedir que diez parlamentarios declarasen como testigos ante el juez Eloy Velasco, que investiga los hechos del 15 de junio. Ese día el movimiento del 15–M quiso impedir la entrada en el Parlament de los diputados. Por esto, el magistrado imputó a 20 indignados.

A la izquierda, los indignados frente a la Audiencia. A la derecha, la entrada del diputado invidente Josep Maria Llop
A la izquierda, los indignados frente a la Audiencia. A la derecha, la entrada del diputado invidente Josep Maria Lloplarazon

BARCELONA– Los parlamentarios pudieron declarar ante Velasco en la Audiencia, pero los indignados provocaron algunos incidentes en la entrada del edificio. Un fuerte dispositivo de los Mossos d'Esquadra, ampliado a un perímetro de 200 metros, evitó males. No obstante, los casi 200 integrantes del movimiento del 15–M increparon e insultaron a los diputados y también a la Prensa presente.

A primera hora, habían más Mossos y periodistas que indignados en las puertas de la Audiencia. Aún así, aparecieron pintadas contra Velasco y contra los recortes. A partir de las 10.00 horas se fue «animando» el día, sobre todo cuando la diputada del PSC Montserrat Tura entró a declarar, lo que provocó abucheos.

Abucheos indignos
Pero el peor momento estaba aún por llegar. Fue cuando entró el parlamentario invidente de CiU, Josep Maria Llop, el mismo al que los indignados intentaron robar su perro lazarillo el 15–J. La llegada de Llop provocó la reacción más virulenta de los indignados, que lanzaron botellas de plástico a los Mossos y que increparon e incluso se burlaron del diputado. «Ahí va el ciego ese» o «mentiroso» fueron algunas de las lindezas que se pudieron escuchar. Los siguientes momentos tensos tuvieron a la Prensa como protagonista. Con pancartas que rezaban «Gracias a la Prensa nos vamos a la Audiencia» y proclamas tipo «La Prensa apunta, la Policía dispara», se vivieron algunos rifirrafes entre periodistas e indignados, que en muchas ocasiones intentaron boicotear la labor de los profesionales.

Los jóvenes radicales zarandearon a algunos de los cámaras de televisión e intentaron por todos los medios que no pudieran grabar imágenes. No lo consiguieron, y después de que poco a poco la concentración fue perdiendo fuelle, esperaron a que saliera Tura después de declarar. La abuchearon hasta que llegó a un aparcamiento, pero el dispositivo policial evitó males mayores. Entre los manifestantes se hallaban algunos de los indignados imputados por el juez.
Pese a las amenazas de los días anteriores, fueron los propios indignados quienes desconvocaron la protesta ante la Audiencia, ante la evidente falta de éxito de la convocatoria. El mayor despliegue que hayan realizado nunca los Mossos ante la Audiencia, ayudados por la Guardia Urbana, cualquier intento de bloqueo del funcionamiento del edificio judicial quedó desactivado desde primera hora.

«Presión y coacción»
Respecto a los diputados, Tura lamentó que el 15–J «prostituyó el movimiento» y pidió que la acción judicial recaiga contra «los autores de actos violentos». La dirigente socialista no pudo identificar al indignado imputado que le pintó una cruz en su gabardina. Desde las mismas filas del PSC, Ernest Maragall denunció la «presión y la coacción fisica» contra los diputados.
Desde CiU, Llop relató que «pasé miedo cuando me querían arrebatar el perro lazarillo». Su correligionaria Annabel Marcos identificó a uno de los imputados que la intimidó y añadió que el 15–J sintió «temor». El president de la Generalitat, Artur Mas, responderá al juez Velasco por escrito. El único diputado que no criticó al colectivo del 15-M fue Alfons López Tena, que dijo que «sólo me tiraron agua» y que en ningún momento se sintió «coaccionado».

 

Boada y Milà declararàn en Madrid
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que investiga los hechos del 15–J ante el Parlament, citará a declarar en Madrid a los diputados de ICV Joan Boada y Salvador Milà. Ambos parlamentarios ecosocialistas se negaron ayer a comparecer ante el magistrado, argumentando que no tenían nada que decir y que no quieren «criminalizar» al colectivo de los indignados. «Ni denunciamos los hechos ni nos sentimos perjudicados», señalaron. Lo deberán argumentar los próximos días ante Velasco en la Audiencia Nacional. De momento, Velasco inquirió a estos diputados sobre las fechas que tengan libres en los próximos días. La ley obliga a los testigos a acudir a declarar cuando sean requeridos por la Justicia.