Arquitectura
Ikea se acerca a la zona este por la «vía Jerez»
El futuro parque comercial se enfrenta a una compleja tramitación que duró cinco largos años en el caso jerezano
SEVILLA- Ikea, Gea 21 y el resto de propietarios de los terrenos de San Nicolás Oeste, donde está prevista la implantación de una nueva tienda de muebles y decoración y un gigantesco parque comercial, han empezado a presionar públicamente al Ayuntamiento para que agilice una compleja tramitación urbanística y administrativa sobre la que la multinacional nórdica acumula sobrada experiencia. En repetidas ocasiones se compara el complejo planteado para la zona este sevillana con el proyecto ya en funcionamiento en Jerez y son tan similares que, esta vez, los promotores suecos han preferido prever con tiempo las enormes complicaciones urbanísticas y administrativas que se avecinan, y anunciar la inauguración para 2015, aunque para la construcción, equipamiento y puesta en servicio de su local sólo necesiten unos dos años.
Compromisos adquiridos
En la localidad jerezana, los responsables de Ikea firmaron el 28 de diciembre de 2005 con el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía –participaron dos consejeros, Gaspar Zarrías por Presidencia y Antonio Fernández en Empleo– el protocolo marco de colaboración para la implantación de la tienda sueca. La inauguración se anunció a finales de 2008, mientras la apertura del complejo comercial anexo –bautizado primero como Jerez Parque 21 y Luz Shopping después– en otoño de 2010. Sólo se cumplió este último plazo: la firma sueca tuvo que aplazar casi dos años la apertura de su local porque las modificaciones urbanísticas, licencias comerciales y conflictos políticos se prolongaron durante cinco largos años.
En la capital hispalense, el protocolo de intenciones fue suscrito el 4 de noviembre de 2010 por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, Ikea y los dueños del suelo liderados por GEA 21, con una fecha de apertura estimada en 2015. Los promotores se conceden cinco largos años –los mismos que en Jerez– para la tramitación y construcción de todo el complejo.
Los cálculos parecen adecuados, teniendo en cuenta que las dimensiones de ambos proyectos son casi idénticas. El complejo jerezano abarca 183.000 metros cuadrados, 33.000 de la tienda de Ikea y 150.000 del parque, divididos en 80.000 metros de uso comercial y 40.000 de ocio, servicios y restauración. En el proyecto hispalense se calculan 149.000 metros y otros 40.000 para el local de la empresa sueca. En total, se «dibujan» 5.500 plazas de aparcamiento frente a las 6.000 que ya están en servicio en Jerez, donde la inversión alcanzó los 260 millones de euros, frente a los 200 anunciados para Sevilla Este.
La gran diferencia con el proyecto jerezano es que allí los terrenos seleccionados por Ikea eran de titularidad municipal y, originalmente, ocupaban un sistema general de espacios libres (SGEL) que la multinacional sueca tuvo que compensar al municipio y cuya recalificación como suelo urbanizable necesitó los citados cinco años de polémicos trámites urbanísticos, aprobaciones de licencias y conflictos políticos.
En principio, los terrenos seleccionados por Ikea junto al aeropuerto son privados y el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permite los usos terciarios, pero Urbanismo ya ha anunciado que será necesaria una nueva modificación del planeamiento porque la parcela en cuestión sólo tiene 103.000 metros cuadrados frente a los 150.000 requeridos.
El mutismo de la Gerencia al respecto indica que la operación es más compleja de lo apetecible. En el caso jerezano, fue en noviembre de 2007 cuando el Consejo Consultivo de Andalucía aprobó la modificación urbanística de Ikea, tras pasar por la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Cotua), la Comisión Provincial de Urbanismo y el Pleno municipal en repetidas ocasiones, y al margen de la tramitación de la licencia de gran superficie por la Dirección General de Comercio.
Todo este camino le queda aún por recorrer al proyecto sevillano de Ikea y todo indica que lo hará por la «vía Jerez», así que sus portavoces han dejado claro al Ayuntamiento que tiene que empezar su trabajo cuanto antes. Sobre todo porque en la capital andaluza, y a diferencia de la «vecina» jerezana, no está garantizado ni siquiera el acceso: el inicio de la SE-35 sigue siendo una incógnita.
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