Bolivia

Pasar a la historia

Zapatero es el principal problema, no sólo de España, sino de su propio partido, para volver a ganar en marzo del 2012 

La Razón
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Este Gobierno no pasará a la historia por muchas cosas. Desde luego no por haberle dicho la verdad a los ciudadanos cuando la crisis se nos venía encima como un alud y Zapatero llamaba anti patriotas a la oposición y a los analistas que advertían que venía el lobo. Tampoco por actuar con transparencia en sus contactos con el entorno de la banda terrorista ETA cuyo final se ha convertido en una obsesión, en una especie de talismán para conjurar los malos augurios electorales. Pero seguramente será la errática política exterior la que nos marcará como país durante más tiempo. La imagen de Miguel Ángel Moratinos muerto de risa junto al ministro de Exteriores marroquí, mientras en el Sáhara la represión del régimen de Rabat provoca el rechazo de todas las democracias del mundo, se ha convertido en el máximo exponente de la frivolidad con la que se han abordado en estos años de zapaterismo los asuntos internacionales. Moratinos, que apenas hace un mes lloraba como una magdalena tras su inesperado cese como ministro, se ha bajado al moro no se sabe muy bien para qué mientras su sustituta volvía de hacerle el caldo gordo al régimen no menos impresentable de Evo Morales en Bolivia. Y para compensar, Zapatero se vistió de seleccionador nacional de fútbol en Seúl para hacerse la foto junta al premier británico, David Cameron, que parecía no enterarse de la presencia de su homólogo español. Todo de sainete, si no fuera porque en El Aaiún la gente está muriendo a manos de la Policía y el Ejército de Mohamed VI cuyo mandato esta haciendo palidecer al de su padre, Hassan II, que organizó la Marcha Verde de la que acaban de cumplirse 35 años y que consistió en mandar a sus súbditos a hacer de carne de cañón. El silencio del propio Zapatero ante los insultos del ministro de Comunicación alahuí insultando gravemente a la prensa libre española a la que no se le permite informar de lo que está ocurriendo en la antigua colonia, ha merecido el reproche hasta de sus más incondicionales, con la familia Bardem a la cabeza. Eso sí, la demagogia a cuenta de la reciente visita del Papa sí tuvo su sitio en el mitin al que asistió junto a Montilla. Cada día parece más claro que Zapatero es el principal problema, no sólo de España, sino de su propio partido para volver a ganar en marzo del 2012. En el PSOE hay nervios a flor de piel. Se nota sobre todo en aquellos lugares en los que los barones se la juegan la próxima primavera. Intentan disimularlo, pero en privado a más de uno le hemos escuchado decir que lo mejor que puede hacer ZP es quedarse en casa y que se nombre otro candidato. Para eso ha tomado las riendas Rubalcaba que, como el Bautista, tiene que preparar la llegada de otro señor que no provoque el rechazo, y sobre todo el recelo, que provoca Zapatero en amplias capas de la sociedad española. El vicepresidente ya ha realizado algunos movimientos muy significativos para que esa preparación tenga el eco mediático adecuado. En el mismo sentido hay que enmarcar la resurrección política de Felipe González con sus declaraciones, entre enigmáticas y surrealistas, de las que cabe sacar al menos una conclusión clara, y es que Isidoro, su nombre en clave durante los años de cómoda clandestinidad, en realidad se escribe IXidoro.