París

Pujol se felicita por no boicotear Barcelona'92

El ex presidente rememora el día en que Samaranch lanzó la idea: «No me lo pensé. Di mi apoyo total y absoluto»

Pujol se felicita por no boicotear Barcelona'92
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BARCELONA– Los ciudadanos de Barcelona saborean estos días el éxito colectivo que supusieron los Juegos Olímpicos. Esta semana se cumplen 20 años del acontecimiento y los recuerdos se multiplican. El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, que tantos ha bregado con sus adversarios políticos, subraya que uno de los grandes fue no caer en la política de corto alcance. Desde la oposición, subrayó ayer, resulta fácil «boicotear» la candidatura de una ciudad para organizar unos Juegos Olímpicos, aunque destacó que él personalmente dio, por «patriotismo», la consigna a CiU de apoyar el proyecto socialista de Barcelona'92.
En una entrevista con la Agencia Efe, Pujol recordó que unos años antes de morir Franco, el entonces presidente de la Diputación de Barcelona, Juan Antonio Samaranch, le expresó por primera vez la idea de que la ciudad podría algún día, una vez muerto el dictador, plantearse albergar unas Olimpiadas.
Esa sugerencia tomó cuerpo un día de 1982, cuando Samaranch, ya convertido en presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), y el entonces alcalde de Barcelona, el socialista Narcís Serra, fueron a su despacho para preguntarle cuál sería su actitud si la ciudad presentara una candidatura olímpica: «No me lo pensé ni tres segundos. Di mi apoyo absoluto y total», rememoró.
Desde un primer momento, Pujol era consciente de que un evento de estas características tiene un protagonista muy principal, que es la ciudad donde se celebran los Juegos, así que el «liderazgo» de la iniciativa recaía en el Ayuntamiento de Barcelona, en manos del PSC, primero con Narcís Serra y luego con Pasqual Maragall.
El ex presidente catalán valoró «bien» el papel jugado por Maragall como «principal factótum del éxito de los Juegos», aunque tuvo «ayudas importantes», como la de Samaranch. Pujol recordó que en una reunión Samaranch aconsejó poner todo el énfasis en conseguir seducir a los representantes de los comités olímpicos, invitándoles a visitar las obras en curso y a mantener contactos personales con las instituciones del país, y tanto el Ayuntamiento como la Generalitat y el Gobierno central hicieron caso de esas recomendaciones.
«Aquí pasó algo muy importante y decisivo. El Ayuntamiento de Barcelona se lanzó a fondo con el proyecto, y obtuvo apoyo total de la Generalitat y el Gobierno. El Ayuntamiento y el Gobierno estaban gobernados por los socialistas, mientras que en la Generalitat estaba CiU. Pero hubo acuerdo político», destacó.
Pujol puso de relieve que la historia está llena de casos en que esa sinergia entre administraciones «falla y hace fracasar» el sueño olímpico de una ciudad. «Eso pasó en Roma, en Nagoya, en París. Las administraciones no se ponían de acuerdo, había zancadillas, se hacían la puñeta unos a otros. Francois Mitterrand era el gran adversario del alcalde de París, Jacques Chirac, y no estaba dispuesto a dejar que París organizara unos Juegos que mejorasen la imagen de Chirac», ha subrayado Pujol, que ha remarcado que «aquí no pasó eso». «La colaboración entre gobiernos fue buena», remarcó el ex presidente de la Generalitat.