Barcelona
Los populares se miran en la mayoría absoluta de 2000
La radiografía objetiva de los resultados electorales catalanes incorpora varios elementos que dan cuerpo a la teoría de que podrían anticipar un cambio de ciclo nacional de cara a las próximas elecciones generales.
Para el PP, el más significativo sería el trasvase de voto socialista a sus arcas en un escenario de voto útil monopolizado por CiU. Ese trasvase, según sus análisis, está más marcado en Barcelona y en Tarragona, aunque no sea posible cuantificarlo con exactitud.
Pero hay otros indicios más objetivables dentro de la serie histórica del voto. Desde el 92, la diferencia de voto popular entre generales y autonómicas catalanas se mantiene en torno a los 5,5 puntos sobre el voto propio. Cifra que extrapolada al cuerpo electoral global se amplia resultando aún más llamativa: en unas autonómicas, los populares solo suelen conservar 55 de cada 100 votantes de unas generales.
Ahora bien, los resultados del domingo, comparados con las últimas generales, supondrían que el PP conserva 64 de cada 100 votantes, mientras que la proyección del porcentaje de voto obtenido en estos comicios, el 12,8 por ciento, sobre una próxima contienda general elevaría hasta alrededor del 20 por ciento el porcentaje de voto del PP en la misma. La media de las cifras electorales socialistas fija en una ratio de 62 de cada 100 el porcentaje de voto que le es fiel en unas autonómicas en comparación con unas elecciones nacionales.
Si el crecimiento popular en Cataluña de este pasado domingo se liga con su posición mucho más equilibrada en Andalucía, hay margen para considerar que el horizonte electoral de Rajoy se está despejando notablemente. Dado que el PP ha recortado su diferencia con el PSC en escaños, en papeletas y en porcentaje de votos, el marco actual se parece más al escenario de las elecciones generales de 2000 que al de las de 2008. En las primeras, la diferencia entre el PSC y el PP, a favor del primero, fue de 12 puntos y de 5 escaños. En las últimas generales, fue de hasta 18 escaños.
Sin Ciutadans habría margen para el modelo vasco
Imagínense que Ciutadans no existiera o que, por afinidad programática, fuera en coalición con el PP catalán. Bueno, pues la aplicación de dos simuladores de voto a esa premisa, sobre la base de la Ley D´Hont, deja un mapa parlamentario con significativas diferencias. Por de pronto, el PP tendría 24 escaños, sólo tres menos que el PSC. La mayoría de CiU también se reduciría, a 58 escaños. Es decir, habría que hablar de otra Legislatura y de otras reglas de juego, y los partidos nacionales podrían incluso sumar juntos siguiendo el modelo del País Vasco. Cuando se dice que el PP no ha conseguido superar su mejor porcentaje de voto, el 13 por ciento de las elecciones de 1995, en las que concurrió con Aleix Vidal-Quadras como cabeza de cartel, conviene recordar que entonces la abstención fue mucho menor, 36 por ciento, y no existían plataformas como la de Albert Rivera.
✕
Accede a tu cuenta para comentar