Lenguaje
La eterna media sonrisa por Valvanuz Sanchez Amoraga
La esposa del ex ministro Miguel Boyer posee una disciplina férrea para cuidar su imagen elegante y sofisticada
Tras ver innumerables fotografías y vídeos de Isabel Preysler no he podido encontrar una en la que no sonriera. Su eterna media sonrisa produce cercanía y la convierte en alguien agradable de conocer.
Si lo unimos a su imagen esbelta, siempre recta y con la cabeza ligeramente ladeada, genera simpatía. Da la sensación de ser una persona dulce que rehúye el conflicto. Isabel tiene totalmente estudiada la imagen que desea mostrar, pero ha sabido acertar plenamente. Su tono bajo de voz, invita a acercarse a ella para escucharla, y de esta forma sutil capta la atención del interlocutor.
Aunque en todas las entrevistas comenta «no sirvo para hablar o para salir en entrevistas», ella sabe que sí, es una falsa modestia, le encanta y le agrada ser el centro de atención. La costumbre de hablar en positivo, siempre de cosas favorables genera confianza en ella porque muestra de forma indirecta su gran discreción. En la cara ha perdido expresividad pero sus ojos lo compensan, transmite mucho. Cuando algo no le agrada evita la mirada y presiona los labios no dejando salir las palabras, lo que indica que es una mujer de carácter pero con un gran autocontrol. Su disciplina también se refleja en mostrar la parte derecha de su faz, lo que nos habla de su racionalidad y control durante el discurso.
Maneja muy bien las manos, nunca supera la distancia del antebrazo, lo que ayuda a una buena comunicación.
Su ritmo al hablar lento y pausado trasmite tranquilidad, y cuando se siente nerviosa juega con los dedos presionando levemente las falanges, hacia fuera. Es una mujer que se ha creado a sí misma y que sabe adaptarse a cualquier ambiente lo que denota una gran inteligencia emocional.
Seis años de eterna juventud
La línea del tiempo de Isabel va hacia atrás. En 2006 protagonizó el último número de la revista «¡Hola!» junto a su marido, Miguel Boyer, con motivo de su veinte aniversario de boda. Sorprende el estilo similar de ambas portadas, y, sobre todo, el rejuvenecimiento de ella. Nada de arrugas ni marcas de expresión.
Valvanuz Sanchez Amoraga
Psicóloga y Coach
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