Bruselas

Opacidad y abusos en la ayuda regional europea

Tan sólo un 10 por ciento de los 347.000 millones de euros destinados por la UE a ayudar a sus regiones más pobres han llegado a desembolsarse, según documentos internos obtenidos por el diario "Financial Times", que ponen además de relieve irregularidades y abusos en la aplicación del programa.

Los miles de millones de euros restantes de los llamados fondos estructurales y de cohesión están sin utilizar porque los gobiernos nacionales, en dificultades presupuestarias, no consiguen aportar sumas equivalentes, condición imprescindible para lograr esas ayudas de Bruselas. Los 347.000 millones de euros es la suma asignada para un período de siete años que terminará en 2013, y cuando se ha superado ya el ecuador de ese período, sólo se han desembolsado 35.000 millones.

Los funcionarios de la Unión Europea (UE) sospechan además que decenas de millones de euros han ido mientras tanto a parar al crimen organizado, incluida la mafia italiana.

Una investigación de los fondos estructurales de la UE llevada a cabo por el diario británico junto al Buró para el Periodismo de Investigación pone de relieve toda una serie de problemas sobre el modo en que se administra el programa. La complejidad de la financiación impide una supervisión central eficaz de cómo los receptores emplean los fondos.

El diario británico sólo logró crear una base de datos para analizar la forma de gastarse esos fondos bajando en internet más de 600 archivos nacionales en 21 idiomas distintos. Algunas de las mayores multinacionales del mundo, entre ellas IBM, Nokia Siemens, McDonalds y Coca-Cola han recibido dinero de ese programa, que, sin embargo, se destina en principio a la pequeña y mediana empresa. Otras empresas están sirviéndose de los fondos de la UE para trasladar sus fábricas a países de manos de obra más barata pese a que ello está expresamente prohibido por Bruselas.

Entre los beneficiarios, según el periódico, figuran también Fiat, H&M y British American Tobacco, que ha recibido de la UE y de los fondos nacionales 1.600 millones de euros para ayudarla a financiar la construcción de una fábrica de cigarrillos al mismo tiempo que la UE gasta miles de millones en tratar de que los ciudadanos dejen de fumar.

Casi todos esos proyectos, dice el periódico, son perfectamente legales pero, juntos, presentan un panorama que parece haberse desviado mucho del objetivo inicial del programa de ayuda regional. Según el diario británico, el programa de fondos estructurales ha desarrollado un aparato burocrático de gran opacidad, que impide al contribuyente saber cómo se gasta el dinero.

La Comisión da distintas razones por las que la parte del león de los fondos estructurales está sin utilizar, entre ellas el tiempo que transcurre entre la selección de los proyectos, el desembolso del dinero asignado y su devolución por Bruselas. "No somos un banco que tiene que presentar un balance en cualquier momento", explicó al diario el comisario de Asuntos Sociales, Laszlo Andor. A lo largo de esta semana, el diario británico examinará detalladamente los problemas relacionados con la aplicación concreta de ese programa comunitario y que parecen reclamar un cambio de rumbo.