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Las ministras «antivogue»

Su máxima es el trabajo, el esfuerzo y la constancia. Las recién nombradas ministras cumplen todos los requisitos para integrar un gabinete que aúne las fuerzas necesarias para llevar a cabo las reformas pertinentes y solucionar la difícil situación que vive España

Clásica:es la menos arriesgada en cuanto a vestir de las ministras. Los tonos pastel son sus preferidos a l igual que los trajes de chaqueta ceñidos.
Clásica:es la menos arriesgada en cuanto a vestir de las ministras. Los tonos pastel son sus preferidos a l igual que los trajes de chaqueta ceñidos.larazon

Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, Fátima Báñez y Ana Mato pueden presumir de poseer un alto perfil político y ser mujeres de una formación exquisita, características que compaginan con una imagen pública solvente, elegante, femenina y discreta. Todas ellas huyen de los golpes de efecto que marcaron las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero, con gabinetes repletos de ministras, sólo por cumplir la paridad. El Ejecutivo de Mariano Rajoy demuestra que la paridad en un gabinete no es una condición «sine qua non» para ser competente; es más, el presidente ha apostado por que las mujeres ocupen algunas de las carteras más fuertes de su Gobierno en vez de buscar las simetrías de género en los ministerios. «Primero hay que vestir el alma y después el cuerpo. Es la única forma de que una persona se sienta segura y pueda transmitirlo», asegura Clara Courel, periodista especializada en moda, citando a Hannibal Laguna.

 Aunque será difícil verlas como modelos de «Vogue», no debe pasarse por alto el estilismo de estas cuatro mujeres de armas tomar, fiel reflejo de lo que quieren expresar en su mandato. A pesar de que cada una tiene su propia seña de identidad, todas muestran «una serie de características comunes, como pueden ser la discreción, la sobriedad y el clasicismo», asegura Courel. Estilistas y expertos en imagen coinciden en que la nueva vicepresidenta, ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno es la mujer perfecta para acompañar a Rajoy en esta nueva etapa, tanto por su preparación como por su proyección pública. «El presidente ha sido muy inteligente al elegir al Soraya para ser su mano derecha. Ella es de las mujeres que en este momento más seguridad proyectan y aporta la firmeza necesaria para la comunicación política tanto en territorio nacional como en el resto del mundo. Su discurso es más que correcto; su contenido, excelente y directo. Ella no es de las que se andan con rodeos, y eso es de valorar», explica Ayram Pérez, asesor de imagen y consultor político. Sobre la elección de su indumentaria, los diseñadores y especialistas en moda coinciden: «No deja de lado su ‘‘look'', pero no se trata de su prioridad. Es una gran trabajadora y prefiere no perder el tiempo en otros menesteres». «En su fondo de armario predominan el blanco y el negro, aunque, si la ocasión lo merece, se atreve con estampados y patrones inspirados en los años 60», matiza Courel. «No tiene miedo a innovar y, aunque los cortes clásicos son sus preferidos, le gusta dar alegría a su estilismo», matiza el diseñador Nicolás Vaudelet.

Seguridad al andar
Sáenz de Santamaría está en el punto de mira y todo lo que hace y dice es analizado al milímetro. Valvanuz Sánchez de Amoraga, experta en lenguaje no verbal, asegura que su forma de andar «muestra a una mujer fuerte, pasional, y una luchadora ante la adversidad». La mano derecha de Rajoy es asertiva y muy segura de sí misma; «además, a través de sus diferentes intervenciones se palpa un enorme afán de perfeccionismo», añade. Una cualidad que comparte con Ana Pastor, ministra de Fomento, que a través de una imagen con criterio propio llega con claridad a su interlocutor. Su experiencia en el gabinete de José María Aznar en 2002 avala su gestión y su puesta en escena. «Es observadora y detallista. Además, en sus comparecencias se hace notar su aplomo y claridad de ideas. Es directa, algo muy positivo», comenta Sánchez de Amoraga. En cuanto a su «look», es «políticamente correcta», dice Courel. No arriesga. «El traje de chaqueta y los colores planos son los protagonistas y aunque sabe vestir bien, es muy reacia a abandonar el corte clásico», asegura Vaudelet.

De la responsable de llevar a cabo la reforma laboral y solucionar el conflictivo tema de las pensiones, Fátima Báñez, cabe destacar su afán de permanecer siempre en un segundo plano, tarea que ahora le resultará complicado al ser la ministra de Empleo y Seguridad Social. «Su nombramiento fue una sorpresa muy agradable. Es una de las políticas con más potencial y muy preparada. Su calma y buena capacidad de comunicación serán claves en el Gobierno. Sabe transmitir a la perfección y es una perfecta dialogante», comenta Ayram Pérez. En su faceta «fashion», decidió estrenarse en su puesta de largo como miembro del gabinete de Rajoy con un diseño rojo. «El sastre, tanto en pantalón como en chaqueta, es su prenda preferida», subraya Vaudelet, «y echa muchas veces mano de prendas comodín, un acierto en tiempos de crisis». «Sus movimientos indican que no le gusta ser el centro de atención. Compensa su timidez con la cercanía. Su tono de voz va acorde con un espíritu conciliador y siempre dialogante», asegura la sinergóloga.

Juvenil e innovadora
La más transgresora es, sin duda, Ana Mato, aunque marcando una clara distancia con las apuestas de ex ministras socialistas como Ángeles González-Sinde o Carmen Calvo. «La responsable de Sanidad es muy jovial y quizá la más austera de todas en cuanto a su vestimenta. Arriesga sin dejar de lado la elegancia», según Vaudelet. «Para restar seriedad a las chaquetas tipo sastre elige colores atrevidos y huye de las solapas masculinas», explica Courel. Su imagen es el fiel reflejo de su actitud: «Clara, directa, sencilla y siempre con una sonrisa», recuerda Sánchez de Amoraga.