Uno de los detenidos de Ekin se iba a trasladar a Venezuela como jurista

Compains, profesor de Derecho Constitucional, había sido contratado por el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) de Valencia. Su estancia en la capital de Turia no se debía, por lo tanto, a un periodo de vacaciones sino a asuntos profesionales. Al parecer, Compains había optado a dos plazas que, para realizar estudios en Bolivia y Venezuela, había ofertado el CEPS, centro que dedica gran parte de su actividad en el análisis de asuntos de Iberoamérica. LA RAZÓN trató de ponerse en contacto ayer por la tarde con las sedes del CEPS en Valencia y Madrid, pero no contestaba nadie.

Los agentes de la Guardia Civil que siguieron a Compains a Valencia le vieron con otros profesores de universidad, al parecer del CEPS, con los que comió y realizó una visita turística a la ciudad, hasta las diez de la noche. Fue detenido en la localidad de Cariñena. Uno de los vehículos de la Benemérita que participaba en su vigilancia adelantó, a las tres de la madrugada, al autobús en el que regresaba a Pamplona e indicó al conductor que se parara. Fue en ese momento cuando los agentes le arrestaron y le trasladaron a la capital navarra para que pudiera estar presente en el registro de su domicilio.

De hecho, la detención de Compains supuso el comienzo de toda la operación contra Ekin.
Según se puede leer en su página web, el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) es una «organización política no partidaria dedicada a la producción de pensamiento crítico y al trabajo cultural e intelectual para fomentar consensos de izquierdas». «Nuestro compromiso con la izquierda –agrega la presentación–está presidido por nuestras aspiraciones por la Democracia y el Socialismo, como tensiones siempre abiertas hacia la emancipación social, para construir formas de convivencia en libertad e igualdad». «Entendemos –agrega– que el sistema capitalista ha demostrado ser incapaz de asegurar una vida digna a la mayor parte de la población del planeta y hoy pone en riesgo la propia supervivencia del género humano. Es más, la desigual concentración de renta y riqueza a la que de manera natural tiende el capitalismo es crecientemente incompatible con los derechos históricamente adquiridos por las clases trabajadoras y con lo público como ámbito de regulación social y económica».