México
La hora de la alternancia
Cientos de ciudadanos congregados en la localidad cántabra de Santillana del Mar recibieron con pitos y abucheos sonoros al presidente del Gobierno. Hace unas pocas semanas esta escena, por lo abrupta y lo mayoritaria, habría sido casi imposible en el marco protocolario de una reunión bilateral como la que se celebró con el presidente de México, Felipe Calderón. Ni siquiera tras hacerse públicos los pésimos datos del desempleo mes a mes se habían dado situaciones tan clarificadoras. El episodio supera la categoría de lo anecdótico para convertirse en un síntoma que apunta hacia un cambio pronunciado y acelerado en el ciclo político. Las tendencias en los últimos meses apuntaban ya una ventaja considerable, pero no definitiva a favor del PP, pese a la recesión. La retórica populista funcionó como freno de ese desgaste. El tijeretazo al Estado de Bienestar, confesión de parte del fracaso de la política económica, ha funcionado como espoleta de una convulsión en el mapa electoral. Un punto de inflexión, puede que sin marcha atrás, hacia la alternancia política. La segunda parte de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN recoge el desplome socialista en variables desconocidas hasta este momento. El desencanto con los planes económicos del Ejecutivo y la desconfianza habían sido mayoritarios en otros estudios demoscópicos, pero lo realmente decisivo de este sondeo realizado tras el plan de ajuste es la ducha fría de realismo y de desilusión del votante del PSOE. Casi seis de cada diez electores socialistas no confían en Rodríguez Zapatero para superar la crisis, un porcentaje que se eleva lógicamente a casi ocho de cada diez españoles. Pero también más de la mitad de quienes apoyaron al partido en el Gobierno considera que Rajoy es una opción política fuerte y casi ocho de cada diez entienden que los recortes pasarán factura al Gobierno. El porcentaje de ciudadanos que piden una nueva estrategia económica es abrumador (73,5%), pero también es contundente entre los votantes socialistas (58,8%). La radiografía social que atestigua el estudio de LA RAZÓN es la propia de un estado de desánimo y desconfianza generales, incluidas las propias bases socialistas, hacia un Gobierno y una gestión claramente agotados. En paralelo, emerge con intensidad la alternativa de Mariano Rajoy y del Partido Popular, que, desde el rigor y la seriedad, han consolidado un proyecto opuesto a lo que el PSOE ha impulsado en una Legislatura y media. Si algo ha caracterizado a la oposición del PP, con sus aciertos y sus errores, ha sido su sentido de Estado y de proyecto nacional. Los populares han presentado en el Parlamento planes alternativos y un paquete económico con las reformas estructurales necesarias y los incentivos precisos para estimular la economía. Hasta la fecha, sus diagnósticos han sido certeros en cuanto al deterioro agudo de la situación financiera y política. España necesita liderazgo y un nuevo rumbo que debe llegar espoleado por un clima de confianza que el Gobierno socialista no puede generar. Si el Ejecutivo no cuenta con los apoyos necesarios, como parece, la reválida electoral es la salida.
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