Bilbao

«Que nadie nos obligue a olvidar estos crímenes»

Sin rencor, pero sin olvido. Los familiares, amigos y compañeros de partido de Alberto Jiménez-Becerril –asesinado el 30 de enero de 1998 junto a su esposa Ascensión García Ortiz por la banda terrorista ETA– lanzaron ayer un claro mensaje a la clase política y a los criminales en una coyuntura en que la paz no ha de pagarse con óbolos ensangrentados.

El alcalde coloca la tradicional corona en presencia de Teresa Jiménez-Becerril y una de las hijas del matrimonio asesinado en 1998
El alcalde coloca la tradicional corona en presencia de Teresa Jiménez-Becerril y una de las hijas del matrimonio asesinado en 1998larazon

En la fatídica esquina de Don Remondo, ante el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, el arzobispo, Juan José Asenjo, y una representación de la Corporación municipal, Teresa Jiménez-Becerril clamó: «Que nadie nos obligue a olvidar los crímenes que cometió ETA, que nadie nos obligue a perdonar a quienes no se arrepienten, que nadie nos obligue a aceptar que los terroristas entren en política».

La eurodiputada y hermana del edil asesinado –era primer teniente de alcalde, querido por todos, con 37 años y tres hijos–, mantuvo con firmeza que «quienes tienen que vencer son Alberto y Ascensión, y tienen que salir derrotados quienes los asesinaron». Estas palabras ponían el broche final a la conmemoración anual en memoria de los asesinados, a quienes se les tributó una corona al pie de la placa que consigna el crimen y todo un Muro del Recuerdo elaborado por estudiantes sevillanos y colocado en el entorno de la calle. Previamente, el arzobispo ofició la tradicional misa en la Catedral, condenando durante su homilía el «terrorismo ciego e inhumano, intrínsecamente inmoral y perverso». Asenjo destacó, frente a la irracionalidad, «la fortaleza, el consuelo y la esperanza que brotan de nuestra fe en la resurrección, que es el manantial último».

Más allá del recuerdo humano a las víctimas que cada 30 de enero se celebra en la capital, la jornada estuvo tamizada por un fuerte contenido reivindicativo, especialmente en el acto que, durante la mañana, celebró el PP en un hotel. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, venido en su coche desde Bilbao para la ocasión, señaló que «sólo hay un final decente y eficaz para el terrorismo y es la derrota de ETA; ése es el único final que garantiza que las víctimas no han sufrido en balde».

Por su parte, Javier Arenas, presidente andaluz del partido, consideró que «el mejor homenaje a Alberto y Ascen es que ni los terroristas ni los amigos de los terroristas se puedan presentar a las próximas municipales, pues dejar de matar nunca puede reportar un premio». Arenas, que cierra las listas electorales del PP de Irún desde hace varios años, transmitió también su apoyo y afecto a Teresa Jiménez-Becerril: «Contigo no se acaba ni con amenazas ni con correos ni insultos». Además, reclamó a la presidenta del Parlamento andaluz una sala noble rotulada con el nombre del edil y diputado en la sede parlamentaria, una petición que el PP lleva trece años defendiendo para este «buen servidor público», como lo definió Soledad Becerril.