Lisboa

Zapatero fía la retirada de Afganistán a la seguridad global

Renueva en el Congreso de los Diputados su voluntad de permanecer en la misión para que acabe "cuanto antes"pero en condiciones de seguridad

.
. larazon

No fue un debate ni tenso, ni duro, ni agrio porque las posiciones, salvo por la semántica podrían ser intercambiables. Afganistán es –aunque cueste creerlo– un terreno de encuentro entre Gobierno y PP. Sólo el lenguaje les distancia. No hay más matiz ni diferencia en esta «guerra» (para unos) o «misión» (para otros) que ya se ha cobrado la vida de 93 militares españoles. Zapatero comparecía ayer en el Congreso, por primera vez desde 2005, para explicar la presencia de nuestras tropas y, aunque tiene a la opinión pública en contra y a toda la izquierda parlamentaria, no sólo defendió la actuación de España y de otros 46 países, sino que reafirmó su compromiso con la «estabilización de Afganistán». ¿Retirada? El presidente advirtió que es prematuro aventurar calendarios porque «primero son los objetivos, y después, los plazos». Poner fecha sería, a su juicio, un ejercicio de voluntarismo. En todo caso, emplazó a la Cámara a esperar a la Cumbre que la OTAN celebrará en Lisboa en noviembre porque allí se analizarán plazos y objetivos. Hasta entonces, proclamó: «Debemos permanecer allí asumiendo las actuales responsabilidades mientras estén en peligro la seguridad global y de los españoles». Eso es tanto como decir hasta el final de nuestros días.

En todo caso, sólo dos reproches salieron por boca de Mariano Rajoy: la semántica y la falta de información. Y es que el líder de la oposición no pasó por alto que «hay materias como la seguridad, la defensa o el terrorismo en el que no es bueno que, entre nosotros, surjan diferencias ni ideológicas, ni electorales ni de ningún tipo. Un acuerdo claro en estos asuntos –solemnizó– transmite un mensaje inequívoco, tanto para nuestros aliados, como para nuestros enemigos». Hecha la declaración de principios, Rajoy le afeó «su invertebrada costumbre de no llamar a las cosas por su nombre», en referencia clara al esfuerzo que Zapatero hizo de no pronunciar la palabra «guerra». A lo más que llegó fue a hablar de «acción bélica». Pero para el presidente esto no es lo importante y se dirigió a Rajoy para decirle: «No haré que las palabras nos separen, si nos unen los objetivos». Luego le recordaría que siendo Federico Trillo ministro de Defensa calificó la misión afgana de «reforzamiento de la paz». Lo que no admitió el presidente fue la acusación de haber hurtado información sobre la misión/guerra en la que participan nuestros soldados. Y recordó que desde que llegó al Gobierno en 2004, había habido 20 comparecencias de ministros, dos interpelaciones y 11 preguntas en pleno, además de que el JEMAD haya recibido a los portavoces parlamentarios. Aún así, Rajoy le pidió más claridad y pedagogía.

No hubo más matices hasta la intervención de el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que aún defendiendo nuestra participación en lo que él sí denominó «una guerra», abogó por negociar con los talibanes. «No hemos sabido ganar ni el corazón ni la mente de los afganos. No soy capaz de ver otra salida: hay que pasar de la solución militar a la política». A Zapatero le parecieron «palabras un poco fuertes», y prefirió hablar de «integración de los talibán moderados que ya está dando resultados». De nuevo, la semántica.


Alonso admite que hay «war» pero no guerra
Ya que Zapatero no quiso entrar en el campo semántico, entró el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, que dio una clase magistral sobre el significado de la palabra «war» y de la palabra «guerra». Usted puede creer que es lo mismo aunque en diferente idioma. Pues, no. Según Alonso, «war» puede ser usada por Obama porque «en la lógica del uso de la lengua inglesa, se utiliza de manera polisémica». Pues eso que «war» no es «guerra».