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Imagen de Barcelona por Eduardo Escartín
Jornada de barricadas la que lució Barcelona el día del año bisiesto. Tanto negociar tensa y extensamente para evitar la huelga de transporte público –Metro y autobús– y unos estudiantes, y no tan estudiantes, han dado la peor imagen de Barcelona ante Mobile World Congress.
Una vez más esta ciudad, que atrae por tantos merecidos atractivos, tiene en su historia la imagen de ciudad de bombas, anarquistas, incendiarios y vándalos.
En la época de José María Aznar y con motivo de una cumbre europea, los antisistema dejaron fino el paseo de Gracia. Los asaltos a El Corte Inglés durante el circo de la guerra de Irak merecieron que George Bush Senior citara a la capital catalana como ejemplo de energumenísimo. Nos preocupamos de que los congresistas del Mobile World Congress pudieran desplazarse y, en cambio, paralizamos el tráfico de superficie y el acceso principal a la feria quedó bloqueado, obligando a dar un rodeo.
Ante todo, suspenso a las autoridades. ¿Cómo no se puede evitar la destrucción de una sucursal bancaria por tres o cuatro individuos con un pobre empleado enfrentándose a los vándalos?
En cuanto al rectorado de la Universidad de Barcelona, es la casa de «tócame Roque, Roque me toca». Otra vez no se ha previsto la ocupación del rectorado y no se cerraron las puertas, ni se puso el dispositivo policial que requería la ocasión.
Finalmente, como humor negro, vimos que, mientras la universidad era atacada y ocupada, la bolsa era defendida con contundencia por los Mossos. ¡Signo de los tiempos!
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