La Piazza no se llena

El Festival de Locarno nació en Lugano, un lugar en el que no es difícil toparse con multitud de millonarios. La Piazza Grande (en la imagen), lo más emblemático del Festival, no se ha llenado este año. El promedio es de 7.000 personas cada noche, aunque en esta edición no ha llegado a las 4.500 almas, todo un síntoma de que el nuevo director no gusta nada. El Leopardo de Honor a la carrera también está en consonancia con la crisis, puesto que ha ido a manos de Jia Zhang-ke, no entendemos muy bien por qué, aunque quizá sea porque años atrás una película suya tuvo cierta aceptación en el Festival de Venecia, «Parada de autobús». En cuanto a la competición, se ha proyectado «Songs of Love and Hate», de Katalin Gödrös, una locura con abundantes gritos y poca chicha para mostrar la transformación de una niña que se hace mujer. Argumento diametralmente opuesto es el de «La zombie», dirigida por Bruce La Bruce, historia sin pies ni cabeza sobre un muerto viviente homosexual que sale del mar y degusta cadáveres.