México

España sin lesiones

La Razón
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La Selección española acabó salvando los muebles ante México. Conseguir un gran resultado era aspiración fundada en los laureles conquistados recientemente en Suráfrica. Sin embargo, no se daban las condiciones necesarias para que tal sucediera. Se empató con un gol de Silva, algo ninguneado durante el Mundial por Del Bosque, y estuvo a punto de lograr el triunfo en el último minuto. Más del empate no cabía. Al menos no hubo méritos sobrados para más.
Del Bosque hizo la lista lealmente. Las alineaciones, por el contrario, estuvieron condicionadas. Las miradas acusadoras de los clubes a quienes se había recurrido para hacer el gran número requerían tentarse la ropa para no establecer diferencias que pudieran interpretarse torticeramente.
Complacer a los clubes tengo la impresión de que era idea que estaba incluso por encima de la salud de los futbolistas. El partido tenía el peligro de que hombres sin preparación alguna sufrieran un contratiempo físico. El entrenador, con tantos problemas para mantener la gloria de la Selección, tuvo que decidir alineaciones discutibles. Dar descanso a Villa y retirar a Llorente creó una alineación insustancial en la segunda parte. Jugar sin delantero centro complicó el juego de ataque, que con anterioridad tampoco había sido brillante, ya que la única oportunidad de gol fue un gran disparo de Cazorla. Silva suplió a los compañeros de ataque y logró el empate.
Los mexicanos no abollaron la copa como habían prometido. Los españoles no hicieron ostentación de su título de campeones del mundo. En la segunda mitad, con hombres más rápidos y la batuta de Xavi se mejoró la imagen en el mítico Estadio Azteca.