Hamburgo
El Atlético no va de víctima
Para Quique es el epílogo de la temporada y todo un reto superar al Inter de Milán en la Supercopa.
Los rojiblancos, a los que en las apuestas de Montecarlo les darían siempre como perdedores, quieren romper los pronósticos y demostrar que hay un antes y un después de la final de Hamburgo contra el Fulham. Y llega a la casa del Príncipe Alberto convencido de que tiene opciones de plantarle cara al todopoderoso Inter, antes de Mourinho, ahora de Benítez. Lo hará con disfraz de modesto, pero con la confianza, como pregonaba ayer el abuelo Enrique Cerezo, de que a un partido el Atlético es capaz de derrotar a cualquiera.
Los rojiblancos se lo toman, pues, como una fiesta. De hecho, los más de cinco mil aficionados que estarán en el coqueto estadio monegasco han viajado para apoyar al equipo y comprobar cómo el primer proyecto de Quique tiene argumentos y la solidez necesaria para completar una buena temporada, pese a que esta noche habrá jugadores que no están lo suficientemente rodados –caso de Agüero, Godín y Forlán– y que otros como Tiago aún no tienen la condición física y el ritmo necesarios para disputar un partido de esta enjundia.
Queda aparcada una pretemporada irregular, con más luces que sombras, en donde Quique ha hecho muchas pruebas, y llega la hora de la verdad para un Atlético que se ha reforzado en defensa y ha encontrado en Fran Mérida un interior izquierda con proyección, al margen de que la presencia de Agüero, Forlán, Assunçao y Reyes dan al bloque ese plus de calidad que le permite competir con cualquiera. Falta saber si Simão será titular en detrimento del mencionado Mérida o si Filipe Luis le «roba» la banda izquierda al capitán Antonio López. Raúl García, Ujfalusi y Domínguez completan el once.
Un once que en palabras de Quique quiere ser «protagonista» y no tener un papel secundario ante el equipo de Rafa Benítez. Asegura el técnico madrileño que cuando se han enfrentado a rivales de envergadura siempre han «dado el nivel». «El Inter está acostumbrado a jugar este tipo de finales. Ante eso, tenemos gran respeto, pero nada más. A partir de que la pelota empiece a correr, hay que tener mucho atrevimiento y voluntad competitiva también para poner las cosas muy difíciles. No queremos ser un equipo comparsa, sino protagonistas y, si puede ser, cuando acabe el partido», valoró Quique en conferencia de prensa en el Fórum Grimaldi.
«Tengo la tranquilidad que supone jugar finales con el aspecto emocional al máximo y con el talento de los futbolistas preparados para ser un gran equipo», explicó el entrenador rojiblanco, convencido de sus opciones. Del Inter se sabe casi todo. Misma plantilla y una idea un poco más vistosa la que está tratando de inculcar Benítez a los Sneijder, Etoo, Diego Milito, Pandev, Cambiasso, etc, pero como la sombra de José Mourinho es alargada, el Atlético se encontrará con un oponente que tendrá como única obsesión seguir con su racha.
Benítez elogia a Forlán y Agüero
El entrenador del Inter explicó ayer que los delanteros del Atlético son un «problema para todos los defensas» y reconoció que el partido de hoy no será nada fácil. «Está a un 50 por ciento. No hay favorito. Cada año, los equipos cambian, ellos se han reforzado bien y coincido con Quique en que siempre lo más difícil es lo que viene. Es una final, un solo partido y los dos tenemos las mismas opciones», afirma el ex técnico del Liverpool, que ya la temporada pasada se enfrentó a los madrileños en la Liga Europa. Por eso Benítez es precavido y no duda en resaltar la capacidad de contragolpe del rival y las excelencias de Agüero y Forlán.
«Son dos jugadores de calidad, de máximo nivel y que siempre plantean un problema a todos los defensas. Forlán es muy inteligente, juega entre líneas y a ver si podemos controlarlo», manifestó Benítez. Recordó que su padre era «seguidor» atlético. «Es un partido importante que esperamos ganar, pero no será fácil. Para el Inter es un desafío», comentó.
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