Operación Lezo

Premio a la lealtad

González coloca a Salvador Victoria, su más estrecho colaborador, en la Portavocía. Elimina Vicepresidencia y crea la Consejería de Empleo y Cultura. Deja fuera de su Gobierno a Manglano y Plañiol y recupera a un «fichaje» de Montoro para Economía. Sarasola y Fermosel, los otras caras nuevas

González agradece el apoyo de Rajoy para ser designado presidente de Madrid
González agradece el apoyo de Rajoy para ser designado presidente de Madridlarazon

MADRID- La Comunidad de Madrid tiene nuevo Gobierno, un equipo de siete consejeros más un consejero-portavoz, diseñado y liderado por el nuevo presidente regional, Ignacio González. Un Gobierno de las mismas magnitudes que el que dejó hace diez días Esperanza Aguirre, aunque con un cambio sustancial en la estructura y algunos «retoques».

Nadie ocupa el puesto de número dos «todopoderoso» que ha dejado González con su asceso, de tal manera que sus cargos quedan repartidos entre varios consejeros. Es decir, elimina la Vicepresidencia, añade las labores de Portavocía a la Consejería de Presidencia y Justicia, y crea una nueva Consejería que asume las competencias de Cultura, que hasta ahora también dirigía el vicepresidente.

Gonzalez mantiene a cinco de los consejeros de Aguirre, cesa a dos y añade tres nombres nuevos. Salvador Victoria, Lucía Figar, Javier Fernández-Lasquetty, Enrique Ossorio, Ana Isabel Mariño, Jesús Fermosel, Pablo Cavero y Borja Sarasola. Dos mujeres y cinco hombres elegidos por el nuevo presidente para el reto que supone suceder a Aguirre y gobernar a más de seis millones de madrileños con un presupuesto que ha bajado a niveles de 2006.
El encargado de explicar las decisiones del Gobierno será el que ya fuera número dos de González la pasada legislatura, Salvador Victoria, nuevo consejero de Presidencia y Justicia y portavoz del Ejecutivo. Victoria deja Asuntos Sociales, cartera que ocupaba desde las pasadas eleciones cuando Aguirre le premió por su buen hacer, dedicación y discreción, como viceconsejero de Vicepresidencia y como secretario del Consejo de Gobierno.

Para cerrar las cuentas más difíciles de la década González, en un ejercicio de estratega política, se trae de vuelta a Enrique Ossorio del Ministerio de Hacienda y le nombra nuevo Consejero de Economía y Hacienda. El verdadero «puente» con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Ossorio, ex viceconsejero de Hacienda de la Comunidad, fue uno de los fichajes de Cristóbal Montoro cuando llegó a Hacienda, en diciembre del pasado año, al que nombró secretario general de Coordinación Autonómica y Local. Ahora, que la Comunidad reclama al Ministerio mil millones de euros, González prescinde de Pércival Manglano (con una gran formación pero menos cintura política) y se trae de vuelta a Ossorio, un hombre de números que conoce desde dentro el estado de las cuentas nacionales y el de las regionales. Y lo que es mejor, que ha trabajado codo con codo con los interlocutores de Ministerio con los que ahora tendrá que negociar la financiación autonómica.

La Educación, una de las materias a las que Aguirre dio más importancia, sigue en manos de Lucía Figar, a la que muchos vieron en el sillón de Vicepresidencia. La también portavoz del PP madrileño lleva dos legislaturas sacando adelante programas pioneros como el bilingüismo o el bachillerato de excelencia. En esta remodelación pierde la cartera de Empleo, pero suma Juventud y Deportes, competencias que hasta ahora eran de González.

Otra de las caras nuevas es Borja Sarasola, un hombre de partido y con carrera meteórica siempre al lado de Ignacio González. Dirigirá Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, una área en la que ya conoce el terreno, ya que dejará la Viceconsejería de Asuntos Generales de la Vicepresidencia que le llevó, gracias al Plan Prisma a cada uno de los municipios de la Comunidad a los que ha proporcionado la financiación de diversas infraestructuras. Sarasola recoge el testigo en Medio Ambiente de Ana Isabel Mariño, consejera muy cercana a González –como no podía ser de otra manera–, con el que trabaja desde principios de los 80 en su etapa en el Ayuntamiento de Madrid y posteriormente en el Gobierno de Aznar. Mariño se hace cargo de una nueva Consejería, la de Empleo, Cultura y Turismo (carteras que hasta ahora estaban repartidas en diversas consejerías) y que ahora, con el paro como objetivo prioritario, gana en importancia.

La tercera cara nueva en el equipo de González es Jesús Fermosel. Llega por méritos propios después de una dilatada carrera médica en el Hospital Gregorio Marañón. Sustituye a Salvador Victoria y en realidad, Fermosel, diputado regional, sólo regresa a Asuntos Sociales una década después de ocupar la Viceconsejería de esta cartera en el primer Gobierno regional de Gallardón.

Pablo Cavero, el último en incorporarse al Gobierno de Aguirre (fue fichado en marzo en sustitución de Antonio Beteta al frente de Transnportes) gana enteros. El ex directivo de Barclays Bank continúa a los mandos de la Consejería de Transportes e Infraestructuras y suma el área de Vivienda, que se desliga de Medio Ambiente. Cavero ha logrado el cometido para el que fue llamado: equilibrar las cuentas del suburbano con 400 millones de ingresos y 1.200 de gastos.

La única Consejería que no sufre ningún cambio es la de Sanidad, en la que Javier Fernández-Lasquetty, hombre de FAES y de la máxima confianza del nuevo presidente (sonaba de vicepresidente) controla sin sobresaltos desde la pasada legislatura.