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Medidas económicas

Cambio de mentalidad por Javier Gomá

La Razón La Razón

l ¿Qué impresiones saca del anunco realizado por Wert?
–Su diagnóstico me ha parecido bastante completo y realista. Y se nota que lo ha reflexionado durante mucho tiempo y que cuenta con muchas horas de trabajo detrás. El ministro ha comparecido con un estudio previo, algo deseable cuando se presenta un plan general, y que no todo el mundo hace.

l La búsqueda de la excelencia es uno de los objetivos perseguidos. ¿Hasta qué punto puede un plan educativo aspirar a ese logro?
–Opino que hay que liberar al sistema educativo de un exceso de responsabilidad. Sí es cierto que los centros y el profesorado tienen una responsabilidad muy grande en la formación de los futuros ciudadanos. Pero más importante es la mentalidad del alumnado. Porque nuestro sistema no encuentra en ella a un colaborador, sino a un enemigo. Si la mentalidad está dominada por la limitación del esfuerzo, la no valoración de la excelencia... el sistema educativo irá a contracorriente. Es muy difícil que sólo con leyes pueda darse ese cambio de mentalidad necesario.

l ¿Cómo definiría esa mentalidad de nuestros jóvenes?
–Hoy vivimos en una mentalidad de liberación en la que la esfera de libertad es muy amplia. La pregunta es: ¿qué debemos hacer con esa mentalidad ya ampliada? Ya no tenemos que preguntarnos cómo ser yo mismo, sino cómo vivir juntos. Miles de niños van al colegio con la mentalidad de cómo ser yo mismo, cómo ser libre. Y el colegio debe fomentar una mentalidad de cómo vivir juntos. Bienvenidas sean las leyes, más clases de ingles, más ordenadores, una mayor preocupación por el profesorado... pero si las mentalidades no colaboran, el sistema educativo no contará con un aliado.

l ¿Una reforma puede colaborar a ese cambio de mentalidad?
–A través de las reformas es difícil un cambio a corto plazo. Un decreto ley puede cambiar un marco legal en dos días, pero con las mentalidades la situación es diferente. Hablamos de un cambio que puede abarcar entre una y dos generaciones. Y es que, si una reforma fracasa, no tiene porque ser por la negligencia de los profesores o el fracaso de los políticos, sino por la lucha contra esa mentalidad.

l ¿Qué retos se le plantean a los centros en este sentido?
–Los colegios e institutos deben ser escuelas de virtudes. El aula es una metáfora de una ciudad, donde la gente convive. Y eso significa el aceptar el sacrificio de tu libertad, aceptar una serie de limitaciones. Pero además, el aula debe transmitir no sólo conocimientos, sino amor por esos conocimientos. En primero de Bachillerato, mientras un alumno estudia Historia de la Literatura Universal, puede aprender cuatro, cinco o seis obras. Y si los profesores imparten no sólo conocimiento, sino amor por esas obras, irá en beneficio del alumno. Un ejemplo que puede ser aplicable a la Biología, la Física, las Matemáticas...

l ¿Cuál sería esa asignatura encargada de «transformar» a los menores?
–La Filosofía sería la asignatura que tendría la labora de moldear mentalidades en el aula.

 

Javier Gomá
Director de la Fundación Juan March

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