NBA

Chicago

Los «playoffs» se calientan

En el momento en que comienzan los «play-offs» de la NBA, podemos decir que se acaba la tranquilidad en el mundo del baloncesto hasta que llega el último segundo, del último partido, de la última eliminatoria y uno de ellos se proclama campeón. Hasta ese día, hay que estar preparado para todo tipo de sobresaltos.

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En la Conferencia Este, Boston está sorprendiendo por la facilidad con que está ganado a Nueva York. Miami no quiere ser menos y ha cogido por fin la honda con sus tres ases a pleno rendimiento, que van a eliminar a los Sixers con facilidad. Atención a Chicago, Rose en estado puro queriendo emular las hazañas de Jordan. La sorpresa en este lado del cuadro, de momento viene de la mano de los Hawks, que le están sacando los colores contra todo pronóstico a los Magic de Howard.

Lo más duro del Este es que cuando se conozca el nombre del finalista, por el camino dos de mis favoritos (Boston, Miami y Chicago) se habrán tenido que ir de vacaciones. Yo apuesto por los «verdes», que este año tienen de todo en todas las líneas, sin problemas de lesiones en el momento decisivo y con una agresividad que no veía desde los tiempos en que tenían enfrente a los «Bad Boys».

En la parte Oeste del cuadro no hay nadie tranquilo. San Antonio va perdiendo con los Grizzlies de Marc, que pueden hacer historia entrando por la puerta grande, si consiguieran dejar fuera al mejor equipo de la fase regular. Dallas se ha complicado la existencia con su pájara en el último cuarto que permitió la resurrección de Roy y que los Blazers igualaran a dos la serie. Por su parte, los Lakers llevan la eliminatoria encarrilada, pero sin la confianza y seguridad del año pasado.

Los únicos que pueden respirar cómodamente son los Oklahoma City Thunder de Durant e Ibaka, mucho ojo con ellos. De todas formas, el que llegue a la final, por lo menos sobre el papel, lo hará con menos desgaste que su rival, y a esas alturas el que llega mejor físicamente es el que sale vivo. Sigo apostando por los Lakers. Queda todavía mucha tela que cortar.