Y ahora Atocha

MADRID- Desde que llegó al Ayuntamiento de Madrid en 2003, Alberto Ruiz-Gallardón ha avanzado sin prisa pero sin pausa ganando cada vez más espacios para los peatones en el centro de la ciudad. Desde la peatonalización de la calle Fuencarral, luego de Montera y Callao, las reformas se han ido sucediendo para beneficio de los viandantes. De hecho, durante la visita ayer al fin de las obras de urbanización e infraestructuras de Huertas-Las Letras, el alcalde ya anunció su próximo objetivo: la calle Atocha.
Según explicó Gallardón, el objetivo del Plan Director que se creará al respecto es revitalizar esta calle y convertirla en «la puerta de entrada al centro histórico». Para ello, el consistorio estudiará los criterios para el diseño y la reordenación de esta vía para convertirla en un espacio que articule, vincule y se transforme en el eje Atocha-Camino Real, que será la columna vertebral que estructure el tejido histórico de Las Letras y Embajadores.

Un nuevo eje peatonal
El objetivo será remodelar las plazas de Antón Martín y Jacinto Benavente como núcleos del recorrido de los viandantes, que verán aumentada la superficie peatonal en todo el eje. Asimismo, se mejorará la accesibilidad y se facilitará la conexión con importantes espacios de ambos barrios, como las plazas del Ángel o de Santa Ana en Las Letras; o las de Tirso de Molina y de Lavapiés, en Embajadores. Todo ello acompañado de medidas para revitalizar las actividades comerciales, rehabilitar el patrimonio arquitectónico y mejorar el paisaje urbano en la línea de actuación que se ha llevado a cabo en Huertas.
En total, se actuará sobre el valioso corredor comercial, cultural y arquitectónico de 1,3 kilómetros que une la Glorieta de Carlos V con la Plaza Mayor. De este modo, la calle Atocha se convertirá en la conexión prioritaria entre la estación de tren y el camino hacia el río, atravesando el Madrid de los Austrias y enlazará a mitad de camino con el Eje Sol-Montera-Gran Vía. Así, formará parte del «gran ámbito peatonal» creado por Gallardón en el centro de la capital.
De hecho, las obras que ayer dio por finalizadas el alcalde han potenciado dos nuevos ejes del barrio: la calle Prado, que, al suprimirse el aparcamiento y estar incluida dentro del Área de Prioridad Residencial, se ha convertido en un corredor prácticamente peatonal entre las plazas de las Cortes y de Santa Ana, y la reordenación de la calle Duque de Medinaceli y la plaza de Jesús para facilitar el acceso a la iglesia de Jesús de Medinaceli y al Hotel Palace.
Además, los trabajos han incluido la instalación de nuevos sistemas municipales de alumbrado público, de cámaras de control de acceso de vehículos, de riego, de recogida de aguas pluviales, la adecuación de las redes de los servicios de agua, electricidad, gas o telecomunicaciones y la plantación de 596 árboles.
Las actuaciones de urbanización e infraestructuras en el ámbito Huertas-Las Letras se han extendido a 35 calles y plazas que suman 51.325 metros cuadrados y 6 kilómetros de longitud con una inversión cercana a los 15 millones de euros. La primera fase comenzó en 2001 con la reforma de la plaza de Santa Ana, le siguió una segunda en la que, a través de la calle Huertas, se creó un itinerario peatonal entre el Museo del Prado y el Palacio Real. Y en la tercera y última fase, que acaba de terminar, se ha actuado sobre el resto del ámbito para crear espacios de coexistencia sin bordillos ni obstáculos y renovar todas las infraestructuras y servicios.

Después, Gran Vía
Pero Atocha no será la última de estas intervenciones, ya que Gallardón apuntó que en breve se realizarán actuaciones similares en el entorno de Matadero Madrid, la zona este de Chamartín o las traseras de la Gran Vía. En este último ámbito, el primer edil detalló que se crearán Áreas de Reciclaje Urbano, ejecutando simultáneamente políticas de vivienda, regeneración urbana, competitividad económica y empleo.