Alfonso no dormirá en Dueñas antes de la boda por Jesús MARIÑAS

Es puntillosa, atenta y considerada. A Cayetana le puede su grandeza también en lo personal. Lo demostrará hoy y mañana invitando a Dueñas para almorzar a los cercanos que no asistirán a la boda del miércoles porque lo impide el espacio. Esta mediación recibe a próximos como Ana Mari Abascal –Nati es otro cantar–, Pío Abascal y Rocío de la Cámara, mientras la comida de mañana parece más oficial con invitados como Javier Arenas y su esposa Macarena Olivencia, Marta Talegón y Carmen Tello, junto a su marido Curro Romero. Cayetana está feliz e irradia optimismo tras la bendición casi «papal» otorgada por el Rey después de recibirlos en la Zarzuela como pareja: «No pudo estar más encantador. Don Juan Carlos es maravilloso y adorable», proclama la Duquesa, ya superado el chorreo que hace tres años recibió de Su Majestad a petición de Carlos Huéscar, que pretendía impedir que esta relación acabase con un final romántico.

Cayetana pondrá el broche de oro a la jornada dominical despidiendo su soltería con la asistencia a un festival benéfico que Caballé y su hija Montse Martí ofrecen en el Teatro de La Maestranza para la Asociación Nuevo Futuro. Impone su personalísimo criterio sin romper modos ni maneras de comportarse, como demostró en su aristocrática manera de ignorar a Cari Lapique, a la que no saludó ni miró tras una corrida de Cayetano y Manzanares. Mientras Alfonso, que ignoraba tan tensa relación, repartió saludos y besos, la Duquesa optó por hacer como si no la tuviese delante, una elegante forma de menospreciar a quien tanto fomentó la fugaz y oportunista relación de su ex yerno Fran Rivera con Carla Goyanes.

Aunque pueda sorprender en alguien como Cayetana, que dará el sí quiero por tercera vez, la boda será de un romanticismo de los que no se llevan. Alfonso no pernoctará en el palacio de Dueñas la víspera del enlace. Acompañado de sus parientes, dormirá en el céntrico hotel Eme que tiene magníficas panorámicas sobre La Giralda. Allí lo recogerá en coche la madrina Carmen Tello, que lucirá modelazo rojo Valentino y cuello pico, buen contraste a la mantilla marfileña que lucirá. Como el chaqué de Curro es de tiempos en los que su físico era menos rotundo, Cayetana aconseja que lleve «un traje oscuro». Asimismo, me anticipan que no habrá banquete formal «porque el comedor de Dueñas sólo tiene capacidad para veintiséis comensales sentados». De ahí que organicen bufete en la galería palaciega para disfrutar del buen tiempo que Sevilla tiene al principio de otoño, con un almuerzo ligero que se distribuirá por mesas auxiliares. Una buena forma de propiciar tertulias.