Buenos Aires

La boda del notario

La Razón
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He tenido la suerte de conocer parejas de excepción (alguna homosexual) de las que destaco la del triministro por la UCD y el PSOE Francisco Fernández Ordóñez y Mari Paz. Cuando aquel hombre implementó la Ley del divorcio las sacristanas y la caverna que las empujaba propalaron que Don Francisco estaba legislando para separarse de su mujer. Siempre que hablamos del matrimonio y su disolución ruge la infamia. Creo estar libre de sospechas: matrimonié ya con 40 años bien corridos dos veces y siempre con la misma mujer. No me quisieron casar civilmente en Buenos Aires haciendo doblete con la doctora y luego tuve que volver a pasar por el juzgado en Madrid porque las legislaciones matrimoniales españolas y argentinas eran disimiles. Estoy dispuesto a perdonar a Ruiz-Gallardón sus dispendios en la Alcaldía de Madrid dado que ha entrado en Justicia con imaginación, sentido común y sencillez. El matrimonio religioso depende de la fe de cada cual. Pero siendo básicamente el matrimonio un contrato nada más lógico que acudir a un notario y firmar la unión y los correspondientes protocolos adicionales para garantizar sin dramas una posible disolución. Es más barato, ágil y desembrolla una Justicia saturada hasta el espasmo. Ya dicen los juristas que una Justicia lenta no lo es, y en la nuestra Matusalén todavía estaría en la cola para conseguir casarse por vez primera. Además, nada es más dañino que ideologizar la libre unión entre dos seres humanos. Se me escapan las razones por las que desde el búnker socialista se ha intentado denostar a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría por estar casada civilmente en Río de Janeiro. Le alabo la elección del marido, otro abogado del Estado, y la esplendorosa elección geográfica, o las reticencias que siempre le han puesto a la secretaria del PP y dómine de Castilla-La Mancha, De Cospedal, por ser madre soltera antes del matrimonio. El puritanismo interesado de la ideología «progre» llega a la hipocresía y la crueldad. Ahora bien: ¿qué hacemos si nos casamos con el notario?