Literatura

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Margarita Hernando de Larramendi: «Hasta el Derecho Mercantil es poético»

Con firma propia: Profesión: poeta. Nació: en Madrid (no dice la fecha). Por qué está aquí: por su libro «El exultante gozo de la serenidad», edición bilingüe italo española (Edizioni ETS).
Con firma propia: Profesión: poeta. Nació: en Madrid (no dice la fecha). Por qué está aquí: por su libro «El exultante gozo de la serenidad», edición bilingüe italo española (Edizioni ETS).larazon

–«El exultante gozo de la serenidad». ¿Serenidad es lo que más necesitamos hoy?
–Sin duda. Vivimos dominados por la ansiedad, la impaciencia, la prisa.

–¿Cómo alcanza usted la serenidad?
–Concentrándome en lo bueno y lo bello. Y mirando las cosas como si las viera por primera vez.

–¿Por qué cree que no la alcanzan los políticos?
–No lo intentan, no es su objetivo. Viven de la crispación y el grito.

–¿Qué nos agita más?
–No conocernos a nosotros mismos.

–En los siglos XVI y XVII los príncipes recibían el título de serenísimo...
–Es uno que yo recibiría como un gran elogio. Pretendo la serenidad.

–¿Quién es para usted el serenísimo?
–Epicteto.

–Se llama sereno al que no está borracho. La mayoría de los poetas que he conocido bebían mucho...
–Los poetas beben para olvidar sus malos versos. A mí me gusta mucho la embriaguez, pero no la de alcohol.

–Su poesía recuerda a los haikus japoneses. ¿Es un poco zen?
–Sí. Me gustan los haikus por lo que tienen de esencia.

–Llegaron a decir que Zapatero era zen. ¿Le haría un haiku a su sonrisa o a sus cejas?
–Ni a su sonrisa ni a sus cejas. No me inspira nada ningún haiku.

–Un presidente poeta sería un desastre, ¿no?
–No, si sabe mirar y ver. A mí me parece poético hasta el Derecho Mercantil.

–En sus versos está Florencia. ¿Ha sufrido el mal de Stendhal?
–Sí, en la capilla de los Medicis de Florencia. Me dio un vahído.

–Usted es de las que creen que la poesía puede cambiar el mundo...
–Sí, en el sentido de ayudar a saber mirar. Yo soy muy mirona.

–Dice que quien realmente sabe leer y escribir y sabe escuchar y hablar. Pues no parece que haya mucha gente que sepa realmente leer y escribir...
–Es verdad. Este país necesita aprender a escuchar. Yo me escucho mucho a mí misma.

–¿Merece ser escuchada Belén Esteban?
–Sí, y atentamente. No es un modelo a seguir, pero nos ayuda a conocer la sociedad, es ilustrativa de cómo somos y del tiempo que vivimos.

–«Nadie está más vacío que quien está lleno de sí mismo» (Buda).