Consejo de Ministros
Alicia Sánchez Camacho: «Mas no puede imponer la ruptura de España»
«Revisaremos la financiación, pero entre todos y de manera serena y responsable»
BARCELONA- La primera respuesta del PP tras la reunión del presidente del Gobierno con Artur Mas la dio usted, aunque algunos sectores han reprochado en Cataluña que no es un cargo del Ejecutivo.
– El partido tiene muy claro que la respuesta a Mas y a su desafío independentista comienza por la voz del PP de Cataluña, porque representamos y queremos representar a los millones de catalanes que se siguen sintiendo españoles y que están orgullosos de ser catalanes y españoles.
– ¿Advirtió al presidente del Gobierno de que Mas iba a defender el pacto fiscal hasta el final?
– Mas invalida la eficacia de la reunión porque no puede ir a dialogar planteando un desafío de ruptura con el resto de España. Además nos dice que el pacto fiscal es un paso previo a la independencia y pretende imponer su voluntad por encima de todo. El Gobierno de España es el Gobierno de todos los españoles, también de los 7,5 millones de catalanes. Rajoy le ofreció a Mas un diálogo sincero desde la lealtad institucional para hablar de modelos de financiación cuando toque y con el consenso de todas las Comunidades Autónomas. Y Mas perdió la oportunidad, es el único responsable.
– Formalmente, en las próximas semanas llegarán los 5.023 millones del Fondo de Liquidez Autonómica. ¿El Gobierno hará una vigilancia adicional a Cataluña?
– El Gobierno está comprometido con todas las Comunidades Autónomas y de manera especial con Cataluña, y eso lo demuestra que a Cataluña han llegado 6.000 millones entre pagos a proveedores, ICO, transferencias directas para pagar nóminas… además de los 5.023 del FLA. España no roba, como descalifican los independentistas, el Gobierno hace justo lo contrario.
– El empresariado catalán pide prudencia. Una parte apoyaba el pacto fiscal, pero ¿el camino que ha tomado Mas abre la desestabilización?
– El empresariado catalán siempre ha sido constructivo, pragmático y colaborador con el resto de España, y se ha dado cuenta de la verdadera cara de una CiU radicalizada. Los empresarios apoyaban la transversalidad de la negociación del modelo de financiación, pero el error histórico de Convergència ha sido declarar que su camino es la independencia y la creación de un Estado propio. En este camino se encuentran solos.
– ¿Cuál cree que va a ser el próximo paso que dará CiU?
– CiU se ha quitado la careta. Se ha terminado el juego de la ambigüedad permanente de decir una cosa en Cataluña y otra en Madrid. No es la CiU moderada de Jordi Pujol, el señor Mas, después de haber cruzado el rubicón, tendrá que asumir las consecuencias de su error histórico.
– ¿No tiene otra salida que convocar elecciones?
- Sí, tiene otra: rectificar y volver a resituar las prioridades de Cataluña, que son ayudar a crear ocupación y tomar las medidas para salir de la crisis. Si se empecina en sus errores y en el desafío que ha hecho a los catalanes y al resto de España, provocará un camino sin retorno en el que creará división entre los catalanes y con el resto de España, además de fractura social.
– Si rectifica, ¿ustedes podrían volver a apoyar los presupuestos?
– Mas ha incumplido los presupuestos de 2011 y 2012 y sigue manteniendo los gastos identitarios y las subvenciones excesivas, y no ha reducido las empresas públicas ni ha puesto la administración a dieta, que es lo que nosotros le pedimos para pactar. No nos podemos fiar de CiU porque pone por encima del interés general los intereses partidistas.
– El martes empieza el debate de política general, donde es posible que Mas anuncie el adelanto electoral tras los «nuevos proyectos» que dijo que iba a emprender después de su fallida reunión con Rajoy.
– El debate de política general debería ser un análisis y una evaluación de las políticas de gestión de Mas y, sobre todo, de una propuesta de proyecto político para sacar a Cataluña de la crisis. Y, sin embargo, parece que lo único que aportará en el Parlamento de Cataluña será una cortina de humo amparándose en el discurso independentista para tapar la parálisis y la falta de reformas para reducir el paro.
– ¿Qué balance hace de la legislatura, aunque no hemos llegado ni al ecuador?
– Ha sido un fracaso. Mas ganó las elecciones diciendo que era una alternativa de gobierno serio delante de un tripartito catastrófico y nos ha demostrado que no ha aportado soluciones sino que ha creado un problema mucho más grande y estructural de división entre los catalanes y de separación con el resto de España.
– ¿Qué papel jugará el PP si hay elecciones autonómicas en breve?
– El PP está situado en la mejor posición para defender el españolismo moderno y hacerlo sin complejos, es el único partido que defiende una Cataluña dentro de España y una España fuerte. El PSC ha renegado siempre de esta defensa del españolismo, se ha acomplejado a la hora de defender España y ha buscado fórmulas como el federalismo asimétrico que han fracasado. Por tanto, habrá una bipolarización entre la CiU independentista y separatista, y el PP, que defenderá una España plural con Cataluña dentro.
– ¿El PP diseñará una campaña amable para captar el electorado de CiU catalanista pero no independentista?
– Mi obligación como catalana y española es garantizar un futuro donde nuestros hijos no estén permanentemente enfrentados y divididos. El reto es lograr el voto de los votantes de buena fe de CDC y UDC que han defendido un catalanismo moderado y constructivo con el resto de España, y, sobre todo a los votantes mayoritarios del PSC, del área metropolitana, que se sienten orgullosos de que Cataluña los acogiera.
– Aunque se hayan roto las negociaciones, el PP defendía, ya en las anteriores elecciones, que Cataluña necesitaba mejorar su sistema de financiación y proponía un modelo que, decían, podría dar unos resultados similares al concierto. ¿Seguirán defendiéndolo?
– Sin duda, lo estamos hablando en profundidad en nuestro partido y trasladándolo a cargos del Gobierno. Evaluaremos y negociaremos el modelo de financiación para hacerlo más equitativo, pero no sólo porque lo pida Cataluña, también lo necesitan otras Comunidades Autónomas, como Baleares, Madrid o Valencia. Pero lo haremos entre todos, de manera serena y responsable.
– La España que ustedes quieren, ¿sigue siendo la del Estado de las Autonomías o ahora que se ha planteado el debate no descartan repensar el modelo?
– El modelo que tenemos el que nos hemos dotado hasta ahora, que por cierto, es el que ha dado mejor y mayor autogobierno ha dado a Cataluña. Habrá que ver juntos cuál es la mejora del sistema de financiación en el Estado de las Autonomías.
– ¿Se atreve a hacer un pronóstico de las próximas elecciones?
– No me atrevo porque todo está sucediendo muy rápido. Sí puedo decir que CiU ha antepuesto sus intereses partidistas y electorales por encima de los intereses de los catalanes. Mas se ha olvidado de representar a todos los ciudadanos de Cataluña, pero además creo que esta estrategia puede responderle como un bumerán, porque el voto independentista que ha alimentado se fragmentará.
– ¿Prevé problemas entre los socios teniendo en cuenta que Unió participó en la marcha independentista?
– Unió es una mera comparsa de CiU, le hace el seguidismo más absoluto. Son tan responsables tanto por acción como por omisión del desafío independentista.
– ¿El Gobierno vigilará que las elecciones no sean un plebiscito?
– Sin duda, velará por que sean unas elecciones que estén dentro del marco legal. No se puede permitir que un gobierno autonómico lleve a Cataluña y toda España a la ruptura de las leyes y de la convivencia.
– ¿Cuándo cree que empieza esta espiral soberanista, con la sentencia del TC sobre el Estatut o el origen es otro?
– Cuando Zapatero dijo que aprobaría el Estatut que apoyara el pueblo de Cataluña. Desde ese momento se nota la debilidad del Gobierno, se da alas y fuerza a todo un grupo de independentistas radicales dentro de CDC, que rodean a Mas y creen que el Estado independiente puede ser una realidad. Después de la sentencia, el PP pasó de quinta a tercera fuerza política, por lo que no ha habido incremento del sentimiento independentista en esos años. Este auge es cosa de los últimos años, por la agudización de la crisis, pero también después de que el Gobierno de Mas esté en permanente crítica con el Gobierno de España cuestionando su políticas y culpándole de los problemas de Cataluña.
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