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Alicia Sánchez Camacho: «Mi hijo cuando ve a Mariano dice: Mamá PP Rajoy»

Alicia Sánchez Camacho juega en un parque con su hijo
Alicia Sánchez Camacho juega en un parque con su hijolarazon

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha tenido un invierno de continua presencia en los medios: movilizaciones ciudadanas en contra de la sentencia del Estatut, la prohibición del velo integral, el impedimento a que continúen las corridas de toros en Cataluña. Y las veladas peticiones de Montilla para reformar la Constitución. Durante un desayuno en su Blanes natal, hablamos de todo ello.

-Lo de Montilla y Zapatero le pareció una escena de sofá. ¿Quién era don Juan y quién doña Inés?
-(risas) Doña Inés son todos los ciudadanos que se han sentido abandonados. Y de don Juan no veo ni a uno ni a otro.

-¿El tripartito ha muerto?
-Lo dije hace poco. Que ha muerto, pero es un muerto que no hay manera de que terminar de...

-¿Incinerarlo?
-No quería decir tanto. Pero de ese tripartito muerto, se quieren quedar vivos los que ocupan los cargos.

-Cuando la eligieron presidenta del PP catalán acabó el discurso con vivas a la Guardia Civil.
-Fue un homenaje al cuerpo, a la familia –porque que mi padre lo fue– y a esas profesiones tan duras, tan sacrificadas y tan poco recompensadas económicamente.

-Cuando yo era pequeña se decía aquello de «ganas menos que un guardia civil».
-Pues no han mejorado mucho y están en un proceso de difícil equiparación con las policías autonómicas que creo que es muy injusto.

-Hija de guardia civil. ¿Cómo era eso de que no se podía ser obrero y de derechas?
-¡Para que veas! Trabajé para pagarme la carrera. Soy de familia media-baja con cinco hijos y cuando nací mi padre estaba jubilado con una bajísima pensión. Por eso, cuando los socialistas nos acusaban de «capitalistas» –algunos, siendo niños de buena cuna– me quedaba de piedra.

-¿Ser del PP en Cataluña es algo... exótico?
-Es algo que no se entiende bien. Pero las tierras donde se convive con nacionalismos, como aquí, hay mayoría que se siente tan catalana como española.

-¿Será la primera mujer candidata a la presidencia de la Generalitat?
-Es un orgullo. El PP demuestra cosas con los hechos: mientras otros defienden las cuotas, mi partido defiende la capacidad, la competencia, la preparación.

-En su libro «Tiempo de mujeres» habla con líderes en sus ámbitos... ¿Por qué se lo dedica a las amas de casa?
-Porque es el pluriempleo femenino, desde luego, pero también quería dedicárselo a una generación de amas de casa que no tuvieron las mismas opciones que nosotras. Y entre ellas, en especial, era un homenaje a mi madre, que hubiera sido una magnífica profesional pero dedicó su vida a educar a sus hijos.

-Me decía Miguel Ángel Revilla que ganaba 3.400 euros al mes. ¿Cuánto más cobra el señor Montilla para que usted diga que es uno de los que más gana y que se rebaje un 30%?
-Cobra bastante más que Revilla y más que el Presidente del Gobierno. Y ahora el ejercicio que todos debemos hacer es el de la austeridad.

-¿Qué tal concilia vida laboral y familiar?
-Muy mal, siendo además padre y madre, porque la mía es una familia monoparental. Mi objetivo primordial es mi hijo, y debo multiplicarme para llegar a todo. Como ves, ahora estoy haciendo la entrevista con él en brazos. Pero tengo un truco: me lo llevo a todos los actos de partido. ¡Debe ser el niño que más actos ha visto en su vida! ¡Y el que más aplaude a Rajoy y el que más canta el himno del PP!

-Con tres años, ¡a ver si le ha hecho de las nuevas generaciones del PP!
-(risas) ¡Debe de estar a punto de hacerse él! Cuando ve a Mariano, dice: «Mamá, PP, Rajoy».

-Tengo entendido que guisa, plancha, compra, ¿es usted un partidazo?
-La verdad es que me gusta hacer el trabajo de casa –aunque entiendo que eso lo decimos las que no hacemos esas tareas a tiempo total–. Como buena tauro, me gusta el hogar y la buena mesa.

-¿En casa qué hablan, catalán o castellano?
-Con mi hermana y mi madre hablo castellano, que es mi lengua materna. Y con mi hijo, en catalán. Pero hablo las dos lenguas, con naturalidad, como se hace en Cataluña.

-De pequeña, se leyó la Constitución, ¿no le compraban los tebeos de «Esther y su mundo»?
-Leía «Asterix» y «Las torres de Malory». Pero cuando el referéndum, regalaron aquellos libritos de color crema de la Constitución y con 11 años me la leí.

-Estaba malita de la cabeza.
-(risas) No puedo asegurar que la entendiera toda, pero ahí sentía vocación política, porque comprendí que era algo muy importante.

-¿Le gustan los toros?
-No soy una gran aficionada pero mi padre lo era, de pequeña iba con él. Pero sí me gusta que se llene la Monumental cuando está un gran matador.

-A Lucía Etxebarría le sorprendió que desvelara sin tapujos su vida sexual. ¿Qué le contaba?
-Nada especial. Pero en aquella entrevista de «Vogue» hablé con sinceridad y sin cortapisas.

-Hace cuatro o cinco años dijo que no ligaba nada. ¿Sigue sin comerse una rosca?
-¡Es que soy una mujer muy difícil!

-¿Con qué compañero político no se iría nunca de cena?
-Con Zapatero.

-¿Y con quién desea y se le resiste?
-(risas) ¡De momento, no se me ha resistido ninguno!

-A su trabajo acude y con su dinero paga... ¿Trajes incluidos?
-Todos. Los míos y los de mi niño.

-¿Debilidades femeninas?
-La ropa me gusta bastante, pero sin atender a marcas. Y los bolsos.

-¿Es partidaria del «recauchutaje» plástico?
-Me gusta más la naturalidad y eso que me han acusado de ciertas cosas que no son verdad. Yo me encuentro bien con mi edad y ahora no me cambiaría por la que fui con veinte años.

-Basagoiti no se llama con María San Gil. ¿Usted tampoco con Montserrat Nebrera?
-No la conocí de nada. Esa señora llevaba un par de años afiliada al partido y yo quince, ni coincidimos.

-Su pasión es la arqueología. Ahora entiendo por qué se hizo del PP catalán.
-(risas) Lo hice porque creía en una Cataluña plural. Hay partidos centenarios que no me motivan nada.

-Aznar hablaba catalán en la intimidad. ¿A Rajoy le está enseñando usted?
-Cuando le incorporamos algún párrafo en catalán tiene buena predisposición. No lo hace nada mal.

-Confiese: ¿Es más «genovesa de estricta observancia» o «pepera descalza»?
-(risas) Soy bastante «pepera descalza», no te lo voy a negar.


Un ejemplo de mujer «multitarea»
Son las diez de la mañana, motivo por el cual la entrevista transcurre en un perfecto «tripartito verbal», pues las demandas de atención de su hijo Manuel, en pleno desayuno, son constantes. Con el pequeño en brazos, responde a mis preguntas, con la escopeta dialéctica cargada, en todo momento. Pero no se da tregua ni pierde comba: limpia el chocolate de la silla que ha derramado el niño, le responde a sus preguntas y, de paso, me da la réplica a mí. Esta licenciada en derecho, apasionada de la arqueología y admiradora de Alejandro Magno y Julio César es el perfecto ejemplo de mujer «multitarea», capaz de atender a varios frentes, con precisa munición de fondo.