Los Ángeles

Un tango con premio

Ona Carbonell y Andrea Fuentes superaron a las chinas, que llegaban segundas, y ganaron la plata con una coreografía desbordante de pasión

Ona Carbonell Ballestero y Andrea Fuentes
Ona Carbonell Ballestero y Andrea Fuenteslarazon

LONDRES- Salieron de la piscina y se pusieron frente a los jueces esperando ansiosamente el resultado. Los segundos no pasaban, fueron eternos. Las gotas les caían de la flor roja que llevaban en el pelo, pero ellas no se soltaban la mano. El color del tocado no podía reflejar mejor la pasión con la que habían interpretado ese tango de Piazzolla. El megáfono repitió una vez más, por última vez, sus nombres: «Ona Carbonell y Andrea Fuentes, por España». Y fue entonces cuando salieron los deseados números en la pantalla: 192.900 puntos. Las chicas no alcanzaban a verlos con claridad y no sabían cómo interpretarlos. Miraron a Anna Tarrés y la vieron abrazada, dando saltos con su ayudante... Comenzaron a llorar. Lo habían logrado. El dúo de sincronizada se llevaba la medalla de plata y conseguían, al fin, superar a las chinas.
La pareja formada por Xuechen Huang y Ou Liu amenazaba el segundo puesto desde que comenzó la competición el lunes con la rutina técnica, pero las españolas pusieron literalmente «el alma y las entrañas» y lograron imponerse por 30 centésimas para proclamarse subcampeonas olímpicas.

Las rusas se llevaron el oro, con 197.100 puntos. Desde el primer día habían demostrado que estaban a otro nivel, así que el verdadero reto era dejar claro a las chinas que en esta ocasión no se repetiría lo ocurrido en el mundial de Shanghai del año pasado. Y el reto se consiguió ante el júbilo de las gradas del Centro Acuático, que se puso en pie para aplaudir una coreografía absolutamente impecable.

«La gloria ha caído del cielo. Hemos sacado pasión, entrañas y todo lo que tenemos dentro», decía una Andrea exultante con la medalla ya colgada en su cuello. Para la catalana éste es su tercer metal olímpico. En Pekín ya ganó dos platas, por equipo y por dúos. Entonces competía con Gemma Mengual, pero cuando la estrella se retiró para ser madre, encontró a su alma gemela en Ona, que a sus 22 años recién cumplidos, se convirtió ayer en una de las nadadoras más jóvenes en subirse al podio en unos Juegos. «Yo nunca había estado tan unida a nadie. Sólo puedo agradecer a la vida por haber vivido con ella todo esto», comentaba la capitana.

«Estoy muy feliz. Creo que necesitaré varios días para asimilarlo», le respondía su compañera. Ona sufrió un duro revés cuando no fue convocada por Tarrés para estar en Pekín hace cuatro años. Pensó incluso en dejarlo para dedicarse plenamente al diseño, la carrera que sigue estudiando después de los entrenamientos de 10 horas diarias. Pero lo reconsideró y la seleccionadora «recompensó» su esfuerzo y trabajo. «La felicito porque, a pesar de su juventud y de ser sus primeros Juegos, ha conseguido llegar a lo más alto. Las dos han estado increíbles. Han trabajado muy duro y han seguido sin rechistar la hoja de ruta. Es un orgullo trabajar con ellas», decía ayer Tarrés.

Tras la previa decisiva del martes, en la que las españolas quedaron en tercer lugar, la catalana preparó a sus chicas un vídeo muy especial con su experiencia en el Camino de Santiago, una pequeña metáfora para recalcar que las duras etapas recorridas traían siempre su merecida recompensa. Y el mensaje llegó porque al tirarse a la piscina, la pareja lo bordó. A pesar de que otros países habían contado con ayuda de expertos para preparar las coreografías –como algunos miembros del Circo del Sol– , las españolas crearon el tango ellas mismas y se atrevieron a introducir el punto de innovación que finalmente supo ser valorado por los jueces.

 

Y ahora... el «banco de peces»
Tras la gloria del dúo llega el equipo con una coreografía inspirada en el océano y con un traje que dará que hablar. Las chicas irán vestidas de peces con un bañador con «escamas» que, en contraste con el agua, ofrece un efecto mágico. España mantiene un idilio con la «sincro» y desde 2002, cuando ganó la plata por equipos en el Europeo, no ha parado de sumar. La «culpable» es Anna Tarrés, actual seleccionadora y que, con 17 años, participó en el estreno olímpico de la «sincro» en Los Ángeles en 1984.