Barcelona
Abertis cifra el seguimiento de la campaña antipeajes en un 15%
Los convocantes cortan el tráfico y provocan pequeñas retenciones en las autopistas
BARCELONA – Centenares de conductores se sumaron ayer a la protesta «No quiero pagar» que anima los ciudadanos a no pagar en catorce peajes catalanes. La campaña, de marcado caracter soberanista, tiene como objetivo denunciar el agravio que representa que en Cataluña se concentre la mayoría de vías de pago del país. En un ambiente festivo, con pancartas de la campaña, señeras, banderas esteladas y el ruido constante de los cláxones, unas 2.500 personas, según Abertis, pasaron hasta las 14 horas por los peajes sin pagar ocasionando pequeñas retenciones en plena operación retorno del puente del 1 de Mayo.
La concesionaria explicó que el número de conductores «insumisos» representa un 1,5 por ciento del total, una incidencia que califica de «mínima» y que no provocó problemas de circulación excepto en casos «puntuales». Por ahora, la compañía sigue identificando las matrículas de los coches que se niegan a pagar, para interponer las denuncias correspondientes.
Retenciones
Según el Servicio Catalán de Tráfico (SCT), la protesta derivó en retenciones de un kilómetro en el peaje de Vilassar de Mar –el decano de los peajes en Cataluña ya que se levantó en 1969–, en sentido Barcelona, y otro kilómetro de colas en la C-16 en Sant Vicens de Castellet, cuando los manifestantes cortaron la vía a la altura del peaje. Los peajes de la AP-7 en Vilassar de Mar, Girona y Martorell fueron algunos en los que más incidencia tuvo la protesta. En Girona, la protesta reunió a unas 300 personas que a la salida del peaje daban su apoyo a los conductores que decidían pasar por la taquilla de pago manual y se negaban a pagar.
El peaje de Girona sur, por su parte, la concesionaria se vio obligada a levantar barreras en vista de la multitudinaria presencia de coches que participaban en la movilización. En pocos minutos, pasadas las doce, la caravana de coches colapsaron el acceso a la autopista, por lo que Abertis optó por levantar barreras. En el peaje de Mollet también tuvo que tomarse esta medida ante la presencia de numerosos coches. Entre los conductores se pudo ver a cargos y representantes tanto de Solidaridad por la Independenia y de ERC, como Uriel Bertan, Alfons López Tena y Anna Simó .
Los organizadores de la protesta, la plataforma «Basta de peajes», exigieron a Abertis, cuyas empresas son las principales concesionarias de las autopistas catalanas, y a la Generalitat el «desmantelamiento de los peajes en Cataluña». Según la plataforma, los catalanes «han enriquecido a Abertis durante 43 años» porque han pagado «decenas de veces los costes de los peajes».
Sanciones
El consejero de Interior, Felip Puig, informó el lunes de que la protesta no obligaría a colocar ningún dispositivo especial de los Mossos y que, por lo tanto, no enviaría agentes a multar a los conductores que se negaran a abonar el coste del peaje. Puig, no obstante, advirtió de que si Abertis recogía los datos de los conductores y tramitaba las denuncias, el Servicio Catalán de Tráfico tendría que estudiarlas y podría imponer sanciones de hasta 100 euros. El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, por su parte, ha convocado para el 14 de mayo el grupo de trabajo formado por el gobierno, los grupos políticos, las empresas concesionarias, los sindicatos y las cámaras de comercio para estudiar la reordenación de los peajes
La plataforma ha organizado otra jornada de boicot a los peajes catalanes para el próximo día 20 de mayo.
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