Presidencia del Gobierno

Honeste vivere

La Razón
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Estos días pasados se ha celebrado en Madrid, organizado por la Universidad San Pablo CEU y la Fundación García Morente, el curso de verano: «La dimensión moral de la crisis económica». Se ha podido seguir escasamente por los medios de comunicación –y eso gracias al tirón del cardenal Rouco que dio la clase magistral– por lo que apenas les puedo comentar algo del contenido y las conclusiones. Pero basta con el título, que es en sí mismo impactante, y a la pregunta que inmediatamente surge: esa «dimensión moral» a la que se alude, ¿aparece sólo como efecto o está también entre las causas? Supongo que lo cierto es esto último. Pensando en el asunto he recordado una sentencia que una amiga tiene por costumbre citar: «Honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere», que viene a decir más o menos «Vivir honestamente, no molestar a los demás y dar a cada uno lo suyo». Es de Ulpiano, un jurista romano de los siglos II y III. No está mal como plan de vida... y como programa de gobierno. A ver si lo graban en mármol en el frontispicio de la Moncloa… Claro, que para evitar equívocos, con permiso de los latinistas, yo cambiaría la traducción de «honeste» y pondría mejor «honradamente». Se parece, pero no es igual porque la honestidad se aplica sólo de cintura para abajo. De cintura para arriba, honradez… Y la honestidad de los políticos es cosa suya, pero su honradez nos afecta a todos.