Berlín

El gobierno alemán defiende la independencia de BCE y rechaza la compra de deuda

El ministro alemán de Economía, el liberal Philipp Rösler, defendió hoy la independencia del Banco Central Europeo (BCE) ante las peticiones para que compre deuda española, al tiempo que insistió en que España está aplicando las reformas correctas para salir de la crisis.

"La independencia de nuestro BCE no se toca", afirmó el ministro, en una entrevista emitida hoy por la primera cadena de la televisión pública alemana, ARD.

El cometido del BCE no es "resolver estos asuntos", dijo, sino "velar por la estabilidad de precios y de la situación monetaria", por lo que no debe haber nuevas compras de deuda soberana.
Rösler defendió, al mismo, la contribución alemana a la ayuda para capitalizar la banca española, aprobada el pasado viernes en la cámara baja (Bundestag).

"No estamos ayudando a la banca española, sino a los españoles", dijo, para valorar a continuación positivamente las reformas del gobierno español y recordar, asimismo, que la ciudadanía "ya está haciendo muchos esfuerzos" para superar la crisis.

Tanto España como Portugal son dos ejemplos de "buenas prácticas"en lo que concierne a las reformas emprendidas frente a la crisis, afirmó Rösler, y la decisión de respaldar las ayudas a la banca responde al hecho de que ésta necesita una vía de crédito para poder garantizar la estabilidad del sistema financiero.

En el reverso de la moneda colocó en esa misma entrevista a Grecia, y afirmó que un abandono del país heleno de la zona euro "ya no es improbable"y añadió que tal posibilidad ha dejado ya de "causar espanto".

"Para mí, un abandono de Grecia del euro dejó hace tiempo de dar miedo", apunta el ministro y líder del Partido Liberal (FDP).

Hay que esperar al informe de la troika -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- para conocer la situación, prosigue el ministro, para añadir que, personalmente, es "más que escéptico"sobre la posibilidad de que Atenas pueda cumplir los compromisos adquiridos.

"Si Grecia no puede cumplir los compromisos, no habrá más pagos", sostiene Rösler, lo que implicará que Grecia deberá declararse insolvente.