Barcelona

El PP insta a Hereu a gestionar su relevo sin improvisaciones ni lastres

Alberto Fernández entonó ayer su particular «váyase, señor Hereu» –una versión del «váyase, señor González, váyase» que popularizó José Mª Aznar en los años 90­–, para pedir al alcalde de Barcelona que facilite la cesión de su puesto.

El candidato del PP a la alcaldía de Barcelona da por hecho el relevo en la capital catalana alegando que el cambio tras 32 años es «necesario»
El candidato del PP a la alcaldía de Barcelona da por hecho el relevo en la capital catalana alegando que el cambio tras 32 años es «necesario»larazon

Lo hizo en la tradicional conferencia que marca el inicio del curso político municipal, que este año tiene cita con las elecciones. El candidato del PP a la alcaldía de Barcelona instó a Hereu a promover su relevo «sin hipotecas ni improvisaciones» que le hagan hacer el ridículo, como el vodevil del monumento al colectivo gay. Le invitó a dedicarse a gobernar durante los cuatro meses que quedan hasta la celebración de las elecciones, porque «ya habrá tiempo para lanzar ofertas electorales».

Para el presidente del grupo municipal del PP, Jordi Hereu «es una alcalde en funciones con un gobierno interino que debe comenzar a gestionar su relevo con responsabilidad institucional». Fernández alega que después de 32 años de gobiernos socialistas, el cambio es «imparable y necesario». Pero alerta de que éste no pasa por CiU, con Xavier Trias a la cabeza. El cambio para Fernández «es el PP». Y lo es, porque Trias no sabe hacia dónde va.

CiU tiene dudas

Fernández avisó de que el líder de CiU un día se alía con ERC e ICV en defensa de la celebración de una consulta soberanista en Barcelona y otro pacta con Hereu la organización de la consulta de al Diagonal o el plan de Joan Laporta para reformar el Miniestadi. Se sirvió de estos dos ejemplos, así como de la colaboración entre CiU y PSC en el Área Metropolitana, para alertar de una posible sociovergencia tras las municipales del próximo 22 de mayo. Fernández advirtió de que el cambio no es pasar de los trigobiernos socialistas de Hereu, Montilla y Zapatero a una triple sociovergencia en Barcelona, Cataluña y España, una fórmula que «Hereu y Trias ya han ensayado en los últimos años», insistió.

Tampoco pasa por que Barcelona acabe liderando el camino de Cataluña hacia la independencia con CiU de la mano de ERC y Joan Laporta. Fernández subrayó que el cambio «nítido» pasa por el PP y expuso sus propuestas para demostrar por qué.

Ante Alicia Sánchez-Camacho, Xavier García-Albiol y sus concejales explicó que el PP concentrará los recursos del Ayuntamiento par luchar contra la crisis, creando empleo y reduciendo el gasto. ¿Cómo? Poniendo a dieta a la administración, la misma propuesta que Sánchez-Camacho lanzó en las autonómicas. Fernández intentó demostrar que el bipartito (PSC e ICV) ha fracasado, junto a ERC, en su lucha contra la crisis, porque aprobó un plan que auguraba pleno empleo para 2011 y, ahora, hay 100.000 parados.

También avanzó que volverá a presentar el informe de convivencia que evalúe la integración de los inmigrantes a la hora de renovar sus papeles. No tuvo miedo en echar mano del discurso políticamente incorrecto en materia de inmigración del PP como exigir obligaciones a los inmigrantes para que «sean conscientes de que viven en Barcelona y no en Pakistán o Marruecos» o proponer que la Policía pueda acceder a los datos del padrón para encontrar a los ilegales, una iniciativa que lanzó el alcalde de Vic, el democristiano Josep Maria Vila d'Abadal, y que fue rechazada por el Gobierno de Zapatero.

Fiel a su discurso propuso un nuevo plan de seguridad para incorporar 1.200 Mossos d' Esquadra y 250 guardias urbanos a las plantillas Barcelona y una nueva ordenanza de civismo. A Artur Mas le pidió más sensibilidad para con Barcelona.