España
Tijeretazo ministerial
Bruselas exige a España nuevos sacrificios y recortes para continuar en el club del euro y conseguir, por ende, situar el déficit público en el 3% del PIB en 2013. En este escenario nada halagüeño, el Gobierno prepara de nuevo unos Presupuestos del Estado de 2012 «austeros y restrictivos».
Las Administraciones Públicas en su conjunto deberán apretarse el cinturón y recortar sus cuentas en 15.000 millones de euros para situar el desfase público en el 4,4% del PIB. El peso de esta caída se concentrará en el Estado, cuyo déficit se colocará en el 3,2% del PIB. Mientras, las cuentas autonómicas repetirán, según los cálculos de Economía, desfase el próximo año del 1,3% del PIB y las corporaciones locales registrarán uno de tres décimas del PIB. El balance de la Seguridad Social será el único que dé una alegría al Gobierno, con un superávit previsto de cuatro décimas del PIB.
Para lograr estas metas, aprobará este viernes un «recorte sustancial» del techo de gasto del Estado del próximo año, según confirmaron fuentes de La Moncloa. Así, fijará un techo de gasto por debajo de los 122.256 millones aprobados el año pasado, una vez efectuados los ajustes derivados del nuevo modelo de financiación autonómica. Esta cuantía ya supuso en 2011 un descenso del 7,7%. Aunque para 2012 no prevé una caída tan «espectacular», su recorte «sustancial» marcará tendencia. De hecho, Economía estudia una disminución del gasto de los diferentes ministerios superior al 10%, según aseguraron a LA RAZÓN fuentes gubernamentales. Pese al intenso recorte, esta caída será inferior en cinco puntos a la aplicada este año.
Como en anteriores ejercicios, no todos los Departamentos padecerán por igual las tijeras de Elena Salgado. Sanidad y Educación quedarán al margen de estas rebajas. Además, las pensiones no sufrirán una congelación de sus retribuciones como la de este año, con la que el Estado consiguió ahorrar 1.500 millones de euros. Sus nóminas subirán el IPC previsto del 2%. Eso sí, los funcionarios volverán a sufrir los rigores de la austeridad, como en los dos últimos ejercicios. Además, el Ejecutivo meterá una vez más sus tijeras en las inversiones en infraestructuras, que volverán a contribuir decisivamente en la moderación del déficit público, según fuentes gubernamentales.
Buenos días, «indignados»
Antes del debate, un centenar de «indignados», dieron los «buenos días» a los diputados y mediante cánticos aseguraron que los diputados «no les representan», que la «ciudadanía no es mercancía», «que esta reforma la van a parar» y que quieren «un chalet como el de Zapatero».
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