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Castilla-La Mancha

Mari Carmen y sus muñecos: «Doña Rogelia inventó a los ‘‘yayoflautas''»

Mari Carmen y sus muñecos: «Doña Rogelia inventó a los ‘‘yayoflautas''» larazon

Es de las que te dicen te quiero mucho y al mismo tiempo se revuelven con el aguijón embravecido si la música de la pregunta no les suena bien. Pura hipersensibilidad. «Sus muñecos» se ha convertido casi en su apellido, porque como ella misma dice, «con el Mari Carmen a palo seco es difícil que te identifiquen». Ya no se considera ventrílocua: «He pasado, como Alicia, al otro lado del espejo, y exploro una nueva forma de hacer reír; ahora soy una cronista de la vida; los muñecos hablan solos y me manejan ellos a mí». Es lo que siempre ha sido a este y al otro lado del espejo: una espléndida humorista, una creadora. Una artista de la cosa.

–¿Es la hora de crear un muñeco presidente de banco?
–Nosotros sí que somos sus muñecos.

–¿Ha llegado a querer más a los muñecos que a los hombres?
–Sí, y no es egocentrismo. Mis muñecos tienen un mundo propio. Hacen reír diciendo la verdad. Las mujeres, exceptuando a la Merkel, tenemos más sentido del humor que los hombres.

–¿Trata a los muñecos como hombres o a los hombres como muñecos?
–Qué más quisieran los hombres que yo les tratara como a mis muñecos.

–¿Ve a Nicol, el pato irreverente, en el 15-M?
–Estuvo en Sol desde el primer día, convencido de que llevaban razón. Él estará siempre contra el sistema.

–¿Ve a Rodolfo, el león delicado, en una carroza del Orgullo Gay?
-Sí, aunque él no es tan descarado. Le gustaría que los de la panda fueran más comedidos.

–¿Ve a Daisy tomando la píldora del día después?
–Se la toma después y antes, pero la verdad es que yo no sé mucho de su vida íntima.

–¿Ve a doña Rogelia convertida en «yayoflauta»?
–Ella inventó el «yayoflautismo», pero seguro que no aguanta mucho ahí porque se sentirá explotada hasta por el 15-M.

La popularidad primera le llegó en aquellos «Noche del sábado» de Franz Johan y Gustavo Re. En el 71 la dirigió Mariano Ozores en «La graduada», la película que acaban de pasar en «Cine de Barrio». Dice Mari Carmen que le dio mucha ternura volver a verse, «es como si viera a una hija pequeña; estaba empezando, era inocente, graciosa, pura; se me escapó alguna lagrimilla, la verdad; es cuando piensas que no quieres crecer, que quieres ser Alicia siempre, también Peter Pan, aunque soy más Alicia que Peter». Tuvo su propio programa de TV en México y aquí ,su «Ay, vida mía» llegó a tener más audiencia que el telediario. Recuerda como un hito que hizo reír a Aznar, quien al saber que le iba a preguntar doña Rogelia, no pidió el cuestionario antes de entrar en el plató.

–Supuso que usted era de confianza, la creía de su cuerda...
–Soy más de derechas que de izquierdas, pero ya no creo en las etiquetas. Soy de quien gestiona y administra bien y con transparencia.

–Nada se podía hacer sin Mari Carmen, durante casi cuarenta años su presencia en la tele fue continua. ¿Qué pasó luego?
–¿Qué quiere decir?
–Mujer, que hay una especie de bache, de bajón, ¿no?
–Pregúntele a Moncho Borrajo, a Pedro Ruiz, a Faemino y Cansado, etc., pregúnteles por qué estamos donde estamos. A los que manejan la cosa no les interesa que haya humoristas ahí, porque el humor es crítico, hace pensar, y ellos prefieren otros programas a los que, por cierto, yo no voy.

Se nota que el asunto le cabrea. Cree que es muy cierto eso de que si no sales en la tele, no existes, y trae a colación lo que dijo un escritor francés: «La tele mata lo que ignora». También se podría decir que ignora lo que mata. Está sola y sabe disfrutar de su soledad, que ella ve como independencia y libertad. El pasado que le place recordar se remonta a hace 26 años, cuando su hijo tenía 8 y vivían en Monteclaro: «Era todo dorado, risa y felicidad; todo era perfecto». Su presente: tiene una pequeña empresa de venta y alquiler de inmuebles: «No va mal, pese a la crisis, y trabajo mucho haciendo galas, el verano se presenta bien». Su futuro: «No lo veo, no hago planes, vivo a corto plazo». De repente pregunta: «¿Y a quién hay que llamar para que le den a una la Medalla del Trabajo?» Hace poco la nombraron Hija Predilecta de Castilla-La Mancha. Se emocionó.

–¿Y qué tal envejece?
–No envejezco. Moriré joven, es una decisión. Tengo algo de bruja, creo que me habrían quemado en la hoguera en los tiempos de la Inquisición.
Cree que siempre será joven y siempre será rica, «porque así lo deseo, y yo consigo todo lo que deseo». Ha de tener mucho cuidado con sus sueños.
 

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