Historia

Roma

Una ciudad de cine

Una ciudad de cine
Una ciudad de cinelarazon

Woody Allen ha abandonado su querida Gran Manzana para proponer al espectador su singular visión de otras ciudades del mundo igualmente apasionantes. Con su última propuesta, «Roma con Amor», redescubre una vez más lo que ya era evidente para el cine: Roma será siempre su ciudad eterna. El viajero que llega a Roma puede descubrir la capital italiana siguiendo a Alec Baldwin por Trastevere o vagar por la historia del séptimo arte saltando hasta la Fontana de Trevi. Si logra abstraerse de la multitud de turistas puede rememorar la inmortal escena de Anita Ekberg en la «Dolce Vita» de Federico Fellini, y sin salirse del guión recorrer la elegante, y a veces siniestra, Via Veneto. O sonreír como hacía Audrey Hepburn ante la boca de la verdad o la escalinata de Plaza de España en «Vacaciones en Roma», de Willian Wyler. Puede dar una vuelta por el Borgo de «Habemus Papam» (Nanni Moretti) donde vivió el Papa Ratzinger siendo cardenal o descubrir de la mano de «Ángeles y Demonios» los ángeles de la ciudad, desde Castel Sant'Angelo hasta Piazza Navona. Para contrastar pueden escudriñar entre las sombras con Pier Paolo Passolini o en su historia criminal con Michele Placido en su «Romanzo criminale».
En este poliedro de historia el viajero puede saltar en el tiempo hasta el Resurgimiento en la Porta Pia, donde se encuentra el primer instituto clásico de la Italia unida y donde se rodó «Caterina se va a Roma», de Paolo Virzi. O pueden seguir la tan de moda ruta Moccia; desde el viejo puente Milvio, tan lleno de candados que la farola central casi se quebró, o acercarse a la plaza Pasquino, donde encontrarán la famosa estatua parlante, que da origen al pasquín y del que se cuelgan aún hoy escritos de protesta. Si quieren salir hacia la playa pueden acercarse hasta Fregene, siempre siguiendo los párrafos de «Perdona si te llamo amor», y disfrutar de unos espagueti con chirlas a orillas del mar; una costumbre de lo más romana como también lo es alquilar una vespa, al estilo Nanni Moretti en «Caro Diario» y perderse entre pinos milenarios hasta Ostia para disfrutar de las excavaciones.
Si tiene tiempo puede reservar una visita por los estudios de Cinecittá, donde se rodaron clásicos como «Quo Vadis». Y si cae por allí entre el 9 y 17 de noviembre, puede darse una vuelta por el Festival Internacional de Cine. Aunque bastaría con buscar rincones de película de paseo por este enorme «set» al aire libre y crear su propia escena, porque Roma es para vivirla e imaginarla entre luces, cámaras y... ¡Acción!