Sevilla
Evasión fiscal tolerada por Lucas Haurie
Mi dilecto Paco Cepeda apareció anteanoche en televisión blandiendo una cartulina con el pendón municipal impreso. Hacía publicidad, en un programa de máxima audiencia, del Ayuntamiento mientras anunciaba su negativa a satisfacer en este ejercicio el IBI y otras tasas municipales. Es justo lo que llevan haciendo dos décadas Betis y Sevilla ante la pasmada inacción de los sucesivos alcaldes, que bendicen la reiterada evasión fiscal de los clubes. O peor, renuncian a nuestro dinero a cambio de contraprestaciones personales y partidarias: presencia (de ellos) en los palcos, fotos (a su mayor gloria) con cualquier excusa, entradas (para engrasar su red clientelar) y otras prebendas. Se han organizado torneos ad hoc para saldar la deuda, se han condonado cantidades a cambio de lucir en una manga, a tamaño microscópico, el emblema «nomadejado» y, en definitiva, se ha estafado al ciudadano de mil maneras, en una intolerable coyunda de poderosos. En el fútbol se manejan presupuestos de decenas de millones pero no pagan impuestos porque, sencillamente, a sus dirigentes no le sale de las pelotas. Los recibos se acumulan a título de inventario hasta que llega un político rumboso y los tira a la papelera. Igualito que con las multas que le cascan a cualquier mileurista.
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