Actualidad
Un congreso abierto por Toni Bolaño
Socialistas catalanes inician su congreso, el más abierto desde 1994. En ese cónclave, los llamados capitanes, los dirigentes metropolitanos, tomaron las riendas del partido poniendo el rumbo hacia la Generalitat, que alcanzaron con Maragall en 2003, y ampliaron su poder municipal de tal manera que Vic y Sant Cugat eran los únicos reductos de CiU. Además, el PSC fue clave en el triunfo de Zapatero en 2004 y 2008.
La derrota electoral en autonómicas, municipales y generales ha puesto fin a esta etapa que de la mano de José Montilla ha dado a los socialistas su máximo esplendor. Sin embargo, los días de gloria han pasado y los viejos argumentos no sirven. No conectan con la sociedad, ni con una buena parte del electorado socialista.
Cuatro candidatos iniciaron el debate. Llegan sólo 3 al final porque Miquel Iceta retiró ayer su candidatura. Se ha convencido que la renovación no pasa por él, pero es difícil imaginar que no quede integrado en la nueva ejecutiva. De los tres, sólo uno tiene posibilidades de ser el nuevo primer secretario y ese es Pere Navarro, el alcalde de Terrassa. El otro serio aspirante, Ángel Ros, el alcalde de Lleida, cometió el error de pensar que el congreso del PSC se ganaba en los medios de comunicación. Consecuencia, llega bastante desfondado a la gran cita a pesar del apoyo –o por eso- de Pasqual Maragall que, por cierto, no es afiliado del PSC.
Quizás, por eso, Ros ha protagonizado las únicas salidas de tono de este debate congresual que debe definir el papel del PSC en la dura travesía del desierto que le espera en los próximos años, con un PP gobernando España, con mayoría absoluta, y con una CiU crecida en Cataluña. Por si faltaba algún ingrediente para arrinconar más, si cabe, a los socialistas catalanes, el PP de Sánchez-Camacho está en su mejor momento y ha entrado con fuerza en los feudos socialistas.
El congreso debe elegir la dirección y seguramente será de integración. El PSC no está para dejar a nadie en la cuneta. Por eso, Navarro deberá tejer complicidades que le permitan dar impulso a un partido noqueado después de tres derrotas consecutivas, y definir una nueva estrategia que no puede limitarse a «tirarse al monte» si el PSC quiere ser, de nuevo, un partido de gobierno.
El congreso también mirará de reojo a Madrid. Lo que se diga tendrá importancia en el congreso de Sevilla. Nadie perderá ripio de lo que hablen y decidan los socialistas catalanes. Incluso el militante de base José Bono, que hace años perdió en Barcelona sus posibilidades a ser secretario general del PSOE. Además, el Palacio de Congresos de Barcelona tendrá una protagonista de excepción: Carme Chacón.
✕
Accede a tu cuenta para comentar