Burgos
Las monjas del «Iesu communio» de Lerma no abandonarán la clausura con el nuevo instituto
A pesar de las informaciones de los últimos días que aseguraban que las hasta ahora clarisas de Lerma se convertirían en una comunidad de vida activa, las 181 monjas que forman parte del nuevo instituto «Iesu communio» aprobado por la Santa Sede, jóvenes en su mayoría, continuarán con la vida en clausura.
Según ha podido confirmar LA RAZÓN, hablar en términos de «vida activa» para esta comunidad repartida entre los conventos de la Ascensión en Lerma y San Pedro Regalado en La Aguilera no se ajusta a la forma propia de vida que se describe en las Constituciones aprobadas por Benedicto XVI.
En cuanto a la clausura, el cambio normativo que se produce es el paso de la denominada clausura papal, propia de los monasterios de clarisas, entre otros, a la llamada «clausura constitucional» regulada por los estatutos fijados por la nueva orden de la que es abadesa sor Verónica Berzosa.
Hasta la fecha, si bien las monjas han recibido el anuncio de la creación de la congregación de boca del arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, no han recibido documento físico alguno del Vaticano, por lo que prefieren guardar silencio hasta que reciban los papeles oficiales. Este proceso de creación de un nuevo instituto surge como respuesta a la petición por la que la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada había animado a la comunidad en 2009 a procurar definir con claridad su carisma debido a la revolución vocacional entre los jóvenes que han generado en la última década.
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