España

El 857% de los españoles despediría a los controladores

Cientos de miles de ciudadanos han visto frustradas sus vacaciones por la salvaje huelga de controladores aéreos en España. No han sido los únicos afectados. El turismo también ha visto reducidos sus ingresos, lo que agrava la situación de muchos comerciantes que esperaban salvar el año con el puente de diciembre.

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Y a todo esto hay que añadir la difícil situación económica que atraviesa España y la débil imagen exterior que ofrece nuestro país en estos momentos. Queda claro que el caos aéreo de los últimos días ha dañado, más si cabe, nuestra credibilidad.

La indignación es unánime. Así, no es de extrañar que más de la mitad de los españoles apoyen la declaración de Estado de Alarma decretada por el Gobierno. Una medida extrema y también inédita en los 32 años de democracia española, pero que logró devolver a sus puestos de trabajo a los controladores aéreos. Eso sí, trabajarán bajo control militar y bajo la amenaza de ser detenidos por un delito de sedición castigado hasta con la cárcel por el Código Penal castrense.

Así se desprende de una encuesta realizada por NC Report para LA RAZÓN. El 59,7 por ciento de los españoles apoya la medida del Ejecutivo. Y ésta es la opinión más extendida entre todos lo grupos de edad, siendo los mayores de 65 años los más partidarios con un 68,9 por ciento. Mientras, el 24,7 por ciento de los encuestados la rechazan.

La imagen de las terminales de los aeropuertos convertidas en dormitorios improvisados para cientos de miles de pasajeros, las caras de indignación, vacaciones frustradas, más de 4.000 vuelos cancelados, maletas por los suelos... hacen que el 85,7 por ciento de los españoles considere que los controladores deberían ser despedidos por abandonar sus puestos de trabajo y provocar el caos. Esta idea persiste en todos los grupos de edad. Tan sólo el nueve por ciento no lo apoya.

La responsabilidad

Los ciudadanos ya están escarmentados y no confían en que los responsables del caos sean despedidos. Únicamente, el 27,3 por ciento de los encuestados cree que, finalmente, se les despedirá mientras que el 63,8 por ciento no cree que AENA se atreva a ejercer acción alguna contra ellos. Así opina el 71,5 por ciento de los mayores de 45 años y menores de 64, seguidos de los más mayores con un 67,4 por ciento.

Que las torres y centros de control permanecieran bajo mando de cargos del Ejército uniformados ha hecho pensar a los ciudadanos que ante una situación como la ocurrida estos días en los aeropuertos, las Fuerzas Armadas deberían disponer de personal y equipos necesarios para poder controlar desde el primer minuto una situación similar y evitar así dejar tirados a los pasajeros.

Esta es la opinión del 57,4 por ciento de los españoles y mayoritaria en todos los grupos de edad. En concreto, vuelven a ser los más mayores con un 63,6 por ciento los que apuestan por esta medida. Frente a ellos, un 30 por ciento de los españoles considera que no es necesario.

Los ciudadanos encuestados se muestran igualmente categóricos sobre la responsabilidad que deberían asumir los controladores por el caos que ha generado su huelga encubierta. Así, el 90,7 por ciento cree que los huelguistas que abandonaron sus puestos de trabajo deberían asumir los perniciosos efectos de su polémica actuación. Por contra, sólo un 4,2 por ciento considera que no tendrían que hacer frente a esa situación. Por grupos de edades, la respuesta es igual de unánime, sobre todo entre los más jóvenes (entre 18 y 29 años).

El castigo
Sin embargo, los entrevistados tienen la sensación de que, finalmente, los controladores se irán de rositas. Tanto es así que el 67,7 por ciento prevé que no serán castigados y mucho menos en proporción al daño causado. Tan sólo el 24 por ciento de los españoles confía en que los responsables sí recibirán una sanción ejemplar. Y ese sentimiento de impotencia es especialmente acusado entre los mayores de 65 años (tres de cada cuatro).

En definitiva, apenas el 31,5 por ciento de los españoles encuestados considera que la huelga salvaje de los controladores aéreos tendrá consecuencias frente a un 60,3 por ciento que no espera nada al respecto.

Como en el caso anterior, los más veteranos son los que se muestran más escépticos sobre este particular (entre los mayores de 45 años ese porcentaje llega a alcanzar el 68,2 por ciento y se sitúa en un 65,9 por ciento entre los que tienen más de 65 años).

Ayer, la práctica totalidad de los controladores aéreos habían vuelto a sus puestos de trabajo, aún bajo mando militar, ya que el real decreto tiene una vigencia de quince días. Y el ministro de Fomento, José Blanco, anunció que se habían abierto más de 422 expedientes disciplinarios, además de las diligencias abiertas por la Fiscalía. Sin embargo, nada de esto cobrará las graves pérdidas en el sector del Turismo ni cubrirá las indemnizaciones a los cientos de miles de afectados. El gasto para las compañías y el Estado supondrá un golpe más duro que el de una posible sanción.
Coincidencia aplastante: cobran demasiado


La huelga salvaje pasará factura a la imagen de España en el exterior
- La respuesta que más unanimidad concita entre los españoles es la que hace referencia a las posibles repercusiones internacionales del caos aéreo. Un 94,5% está seguro de que la huelga salvaje ha deteriorado la imagen de España en el mundo y sólo un exiguo 2,5 por ciento mantiene la fe en que el espectáculo de los miles de pasajeros atrapados en nuestros aeropuertos no tendrá consecuencias para la marca España fuera de nuestras fronteras. Los que más claro tienen que la imagen de nuestro país en el exterior será la principal damnificada son los entrevistados entre los 30 y los 44 años (95,5 por ciento).


Coincidencia aplastante: cobran demasiado
- Otra de las opiniones que aglutinan un mayor consenso es la valoración de los encuestados sobre los salarios de los controladores aéreos. Para un 85,7 por ciento, estos profesionales cobran unos sueldos excesivos y únicamente un 9% rechaza esta valoración. Por grupos de edad, las diferencias no son significativas, pero son los ciudadanos entre 45 y 64 años quienes más contundentes se muestran al respecto (88,8 por ciento).