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Carmen Morales ya no se casa el 30 de abril por Jesús Mariñas

Tornó la armonía al clan Morales y Rocío Dúrcal es tan sólo un doloroso recuerdo. Su muerte acentuó las diferencias de una familia que hasta entonces vendían una imagen irreal de apretada piña. Simple apariencia; el egoísmo de Junior sacó aristas a lo que semejaba idílico.

Carmen Morales
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Pero las aguas vuelven a su cauce, Shaila mantiene acomodada la doble distancia mexicana y los Morales Dúrcal están reunidos por la inminente boda de la temperamental Carmen, que peleó por los suyos como ahora lo hace ante su próximo enlace con Luis Guerra, el propietario de los gimnasios Holiday Gym, donde se ponen en forma los cuerpos jacarandosos de muchos famosos. Carmen forma con Luis una pareja digna de marco. Son ejemplares en su pasión y entrega a pesar de haberse separado durante un tiempo. La enfermedad de Rocío cambió el carácter de la guapísima primogénita. Lógico, ante el deterioro que compartió con la que más estuvo a su lado, incluso en los peores momentos. Luego calló todo lo padecido, no hizo lo que Rosa Mohedano con la Jurado, de la que larga incluso más allá de la tumba. Gracias a sus revelaciones contando lo que no debía ganó sitio de tertuliana en «Sálvame», con Jorge Javier Vázquez azuzando puñaladas. Es un ensañamiento descarnado que el público celebra ante la gresca habitual entre Mila Ximénez y la momificada Karmele, que presume de linajuda familia tortosina y de buena posición.

Es lo que ahora disfrutan los reconciliados Luis y Carmen, ya camino del altar, aunque no será el anunciado 30 de abril la fecha escogida para convertirse en marido y mujer. Él ya resolvió su complicado matrimonio pero quizá no puedan montar la ceremonia hasta mayo o junio porque los compromisos teatrales de Carmen son inaplazables.

Me congratula verlos retomando el amor y una armonía que es incluso física: fueron felices durantes seis años, la dolencia los alejó otros tres, pero el tiempo no pudo con sus sentimientos. De ahí la reconciliación y sus proyectos matrimoniales para dentro de nada. Durante la ruptura, a Carmen le endilgaron relaciones ficticias sólo producto de su profesión, pero Luis mantuvo las ausencias a la siempre amada. Me enternece esa fidelidad casi tanto como comprobar su retomada entrega. Igual que en aquella mítica y romántica película, cabe añadir que «Creemos en el amor». Carmen y Luis son la mejor evidencia.