Sevilla

Playas y colonias veraniegas

La Razón
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Decíamos la semana anterior que la ciudad quedó vacía, sola y desierta, en estos calurosos días de agosto. Desde la linde con Portugal hasta la malagueña Costa del Sol, los pueblos costeros se convierten en estas mañanas de sol en auténticas colonias veraniegas. Muchos de los sevillanos que veranean en Andalucía se establecen, fundamentalmente, en playas onubenses, gaditanas y malagueñas. Como si en un velero navegáramos, desde la costa atlántica hasta la mediterránea, hay un rosario de pueblos que dan vida al litoral en cuyas aguas descansan los sevillanos. De la belleza de Ayamonte e Isla cristina a la arena fina de El Rompido y de Punta Umbría, con el río Piedras y la ría de Huelva. Tras pasar por Mazagón, nos encontramos con la Torre de la Higuera, la roca de Matalascañas donde ahora multan por lanzarse desde ahí al agua. La naturaleza se baña en las vírgenes playas del Coto, kilómetros de arena que llegan a Sanlúcar y a Bonanza, lugares donde en un eterno atardecer, correrán en estos días los caballos de carreras. Chipiona y Rota, son destinos marítimos preferidos por sevillanos, aunque quizá no igualable a El Puerto, allá donde los toros se ven de otra manera. San Fernando, guarda en su tierra el cante desgarrado de Camarón de la Isla. La bahía gaditana conserva otras playas muy solicitadas: Sancti Petri, Conil, Zahara o Tarifa, rincón favorito de windsurfistas. Del puerto de Algeciras al Peñón, se encuentra Palmones, ahora cerrada por el avistamiento de dos ballenas. Sotogrande, elegante y elitista, congrega a los amantes del polo. La Costa del Sol, con enclaves como Marbella o Estepona, se convierte estos días en escaparate del mundo entero con la visita de Michelle Obama. Sevilla, que quiere ampliar su zona de Patrimonio Mundial, podría tomar el ejemplo de París, con su playa artificial. Como María Trifulca, pero junto al Casco Histórico. Igual no iría ningún sevillano, pero seguro que el turismo en estos días aumentaría.