Cataluña

Andalucía y las catalanas

La Razón
La RazónLa Razón

Tan dados como somos en Andalucía al toreo de salón y a las exageraciones de cantina, no podía faltar una porfía política acerca de la posible extrapolación de los resultados de las elecciones catalanas a un escenario como el andaluz. Sin que nadie le preguntara –quiero decir que aunque alguien lo hiciera, siempre podía haber rechazado el ofrecimiento– Griñán se metió en ese berenjenal con la ilusión de poder espantar el mal de ojo que sobre él mismo se cierne. Y lo que ha dicho es que no, que para nada son extrapolables aquellos resultados porque lo ocurrido en Cataluña tiene que ver con el castigo explícito al tripartito que gobierna, en el bien entendido de que en Andalucía no existe tal cosa. Su comandante de puesto para estas labores de análisis –la secretaria de Organización, Susana Díaz– ha remachado convenientemente el argumento bajo la sagaz perspectiva de que las realidades son tan distintas que, sin ir más lejos, Cataluña tiene siete partidos que se reparten el voto en el Parlamento mientras que Andalucía tan sólo tiene tres.
Es evidente, que lo que uno y otro han hecho ante perspectivas tan funestas no es sino darse árnica mutuamente en previsión de lo que ellos mismos son capaces de anticipar: que lo de Cataluña se quedará corto comparado con lo que posiblemente pasará en Andalucía. Primero, porque el castigo allí se ha repartido entre las tres formaciones del tripartito y aquí se concentrará en las únicas siglas que gobiernan, el PSOE, que es quien además concentrará el desgaste que se produzca hasta las elecciones. Segundo, porque no es arriesgado suponer que, al igual que en Cataluña, el descontento ciudadano hará perder al menos un tercio de los apoyos del Gobierno, con la diferencia de que aquí no habrá seis sino básicamente una sola formación –el PP– que capitalizará los resultados. Suponer que una IU en franca caída o un PA ausente del Parlamento puedan beneficiarse de ese voto excedentario resulta, como poco, un tanto temerario. Y tercero, porque no hay ningún dato que haga suponer que el PSOE andaluz mejorará su posición en el futuro sino que claramente la empeorará ante un recrudecimiento de la crisis y un agravamiento de la quiebra social.
Por simples, yo creo que también ellos lo saben, así que sólo puedo decir eso que los americanos han dicho de Zapatero en los papeles del Wikileaks: que no habla inglés pero que creen que lo entiende.
.