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Madrid en verano

Madrid en verano
Madrid en veranolarazon

Que el formidable don Francisco Silvela, el más inteligente y divertido político de la Restauración, el autor de la frase, un siglo más tarde copiada por el marqués de la Valdavia. «Madrid, soltero, en verano y con dinero, Baden-Baden». Lo quiso comprobar el conocido doctor Vesulo.

Acompañó a su mujer y cuatro hijos al aeropuerto. Besos y lágrimas de despedida. Su mujer, consternada: «Cómo siento que no puedas acompañarnos». Los niños, agarrados a sus pantalones: «Papá, no te quedes sólo, ven con nosotros». Él atribulado por las familiares muestras de cariño: «Dentro de una semana, estaré en Mallorca». El avión despega y el doctor conduce su coche hacia Madrid. Es detenido por la Guardia Civil a la altura de Arturo Soria. En el atestado se lee: «A las 11,45 de la mañana consideramos procedente la detención de un automóvil conducido por un individuo aparentemente beodo que conducía a gran velocidad, con la mitad del cuerpo fuera de la ventanilla anterior y que profería alaridos como "¡Viva la libertad! y ¡Viva España!"Practicadas las pruebas de alcoholemia dio 0,000 de alcohol en la sangre».

Simultáneamente, el marqués de Alhama del Bajo Sil, tomaba el sol en una tumbona de la piscina del «Eurobuilding» en compañía de su secretaria, Marilú Moranchel. Se untaban cremas protectoras. «Por fin, Marilú. La familia en Ribadesella y tú y yo sólos en Madrid». Una voz quebró la armonía. «La familia en Ribadesella menos uno, Papá. Te vas a enterar». Después de una breve conversación se firmó el pacto. Al día siguiente, el marqués de Alhama del Bajo Sil se bañaba en la playa de Ribadesella con su familia, exceptuando Luis Manuel, el suspendido, que tomaba el sol en la piscina del Eurobuilding con Marilú.

Madrid en la noche estival es más que sugerente. El matrimonio formado por Luis Pradosaltos y Memé Hierbasverdes se antojaba ejemplar. Hacían manitas en público diez años después de la boda, lo que a todas luces es una marranada. Se amaban. Él le había dicho a Memé que tenía un Congreso, y ella a Luis que estaría con sus padres en Salou. Luis se hallaba en el «Hot,Hot, Hot» un local muy caliente de Madrid. Le gustó la espalda de una chica. «¡Tomamos una copa, princesa?». Ella, displicente, se volvió para decirle que no tomaba copas así como así si no había dinero de por medio. Era Memé. Luis, conocido tonto, le dió quinientos euros y se fueron a la cama. Terminado el acto, Memé le dijo: «Y ahora a casa y no hagas el golfo. Yo tengo que rematar la faena». Luis marchó apesadumbrado.

No corren buenos tiempos para los indómitos «Rodríguez» de antaño. Las mujeres han evolucionado. Así en la playa: «Mamá, ¿quién ese ese señor con el que te bañas que no es Papá?»; -«Es Papá»; «pero no es Papá el de Madrid»; «Anda niño, dáte un chapuzón y deja de preguntar».

En verano, no se pregunta.