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Eduardo ya está en casa

El niño de 12 años que se fugó de Villaverde regresa con sus padres tras once días de «tourne» por tres provincias

Eduardo ya está en casa
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MADRID- Eduardo, el niño de 12 años que se fugó de su casa de Villaverde hace once días, ya está junto a sus padres. Ambos, Elena y José, pusieron este jueves fin a su calvario al localizarlo en la localidad murciana de Águilas. Todo, al final, se ha quedado en un susto, como confesaba ayer el padre a LA RAZÓN. El niño, de origen peruano y adoptado a los 8 meses por una familia madrileña, ya se había marchado de su hogar en otra ocasión, en abril del pasado año. Entonces, su fuga sólo duró un día. Ahora, sin embargo, le ha dado tiempo a darse, en palabras de su padre, «una tourne por España». El día de la desaparición, Eduardo abandonó su casa poco después de desayunar. No había nada extraño en su comportamiento aquel día que hiciera presagiar el plan que tenía en mente. Su madre, al despertarse, vio que se estaba preparando, como cada día, para irse al instituto. Al cabo de unos minutos, la voz de alarma la dio la hermana pequeña de Eduardo, de seis años, al no encontrar a su gata en ningún rincón del domicilio. Su hermano se la había llevado consigo. Además de con la gata, el niño se marchó con 1.700 euros que los padres tenían en casa y una bolsa de deporte.

Valladolid, León y Murcia
Primero hizo un viaje relámpago a Murcia. A su regreso a la capital, su amigo Iván decidió acompañarle en autobús hasta León. Iván volvió a casa, pero Eduardo viajó entonces a Valladolid. De la capital castellanoleonesa emprendió rumbo a Madrid y de ahí de vuelta a Murcia, el punto final de su huida. Durante su fuga, Eduardo fue colgando en Tuenti fotos de su «aventura». Instantáneas que, sin embargo, no ayudaron a revelar su paradero. Los padres utilizaron esta red social para ponerse en contacto con él a través de un mensaje: «Somos papá y mamá y queremos que vuelvas». Él les contestó que se habían «confundido».

A partir de la última factura telefónica de la familia, los padres empezaron a atar cabos. Había muchas llamadas con el prefijo de la comunidad murciana. Estas pesquisas se unieron a lo que, con cuentagotas, fue contando Iván, su compañero de peripecias. Se estrechó el círculo, y finalmente descubrieron que Eduardo se encontraba junto a un amigo que había conocido a través de la PSP. «Ya está todo solucionado, ya estamos tranquilos», subrayaba relajado el padre. Y es que este final ha supuesto un auténtico alivio para José y Elena, que temían que su niño hubiera sido captado por alguna de las bandas latinas del barrio. «Eduardo es muy influenciable, se junta con malas compañías, sobre todo este año que ha comenzado el instituto y le ha ido muy mal en los estudios», confesaban los padres este mismo miércoles.