Midiendo las medidas

Con carácter general veo razonables las medidas aprobadas en el Consejo de Ministros del pasado viernes. No obstante, sí señalaría tres circunstancias que no me han convencido. En primer lugar, la puesta en escena. Nada menos que cuatro ministros los cuales la oposición tenderá inevitablemente a describirlos como los cuatro jinetes de la Apocalipsis. En este sentido, ¿tan necesaria era la presencia de la andaluza Fátima Báñez? Intuyo en cualquier caso que el tetraedro económico ministerial diseñado por Rajoy le va a propinar más de un dolor de cabeza pues todo lo positivo que anuncien o consigan se dividirá entre cuatro pero también a todos manchará políticamente cualquier fracaso o iniciativa recortadora. En segundo lugar, tampoco comprendo que si de manera simbólica las pensiones se suben un punto no se haga lo propio con el salario mínimo interprofesional. Por supuesto estamos hablando de cantidades infinitesimales pero posiblemente sea una torpeza de cara a los sindicatos y a los escalafones inferiores de las masas asalariadas. Y precisamente por esta misma razón quizás el recargo sobre el IRPF debería haberse establecido a partir de una renta mínima (por ejemplo los 36.000 euros brutos al año) y no, aunque se module, para todos los tramos de ingresos. Por lo demás, las medidas establecidas para reactivar el sector inmobiliario (restitución de la deducción por compra de vivienda y subida del IBI) van por el buen camino, lo mismo que no haber tocado, de momento, el IVA, teniendo en cuenta la atonía generalizada del consumo. El aumento de la fiscalidad sobre el ahorro pretende canalizarlo, obviamente, hacia la inversión productiva. Y ahora la gran pregunta: ¿afectarán estas decisiones a las expectativas del PP en los comicios andaluces? Desde luego el PSOE va a hacer ruido con ellas. Claro que el gran problema para los socialistas es que vivirán en una ensordecedora jaula de grillos al menos hasta su congreso federal de febrero.