Copa Confederaciones

El gol que le faltaba a Jordi

La Razón
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KIEV- España ya no cuenta sus títulos por goles. El gol de Marcelino, el de Torres, el de Iniesta. Ayer era un día para disfrutar, para sumar nombres a la leyenda, fuera a pares o en manada. Nombres como el de Jordi Alba. «Estamos encantados con él», ha repetido Del Bosque. Tiene motivos. Jordi, que llegó a la Selección para tapar el agujero que dejó Capdevila en el costado izquierdo, no ha tardado en convertirse en uno más. Ha asimilado con rapidez el estilo de «La Roja» porque ya jugaba a lo mismo en las divisiones inferiores. Sólo le faltaba una cosa en este campeonato al nuevo lateral izquierdo del Barcelona: marcar un gol. Pero los grandes eligen su momento. Y su momento era la final. Salió a la carrera, porque Jordi es uno de esos futbolistas que le dan a España una velocidad más, como Pedro, como Navas. Tenía campo por delante porque Italia buscaba el empate para llegar al descanso con posibilidades de ser campeón. Pero mientras unos buscan, otros encuentran. Y al que encontró Jordi Alba fue a Xavi, que es en realidad un atajo para llegar antes al gol. Siguió corriendo con esa facilidad que tiene para levantar la cabeza cuando otros la agachan, miró a Buffon, eligió su derecha y decidió el encuentro. Era el premio que le faltaba a un gran torneo, en el que ha sido fundamental para dar una salida al juego de España cuando se atascaba por el medio. Porque Jordi Alba tiene la misma facilidad para lanzarse sin casco en un esprint que para asociarse en el toque cuando el juego pide pausa.

Jordi Alba encontró el gol el día en que España descubrió que por el costado derecho tiene otro lateral que sube. Durante el torneo, Arbeloa parecía no existir en ataque, pero en las semifinales y en la final la ofensiva ha sido por las dos bandas.