Lo mejor ganar por Julián García Candau

La frase del arzobispo de Pennsylvania, que atribuía las bondades del deporte a la participación, quedaba muy fina a comienzos del pasado siglo. El tiempo nos ha llevado a creer que en deporte lo importante es ganar. Una vez conseguida la victoria, a ésta le caben matizaciones, pero todas están por debajo del mayor interés, que es el del triunfo. El Madrid gana muchos partidos en los que no entusiasma a sus más estrictos seguidores, que consideran fundamental crear juego bonito.

Es evidente que «el equipo que no tiene» Mourinho no produce belleza. No hay muchos detalles de singularidad futbolística. Las más de las veces, el equipo se pasa el partido atacando y, como decía Toshack, cual pollos sin cabeza. El galés es un entrenador que dejó huella con lo del gallinero y su explicación sobre la posibilidad de cambios en la alineación. Mourinho dijo, tras el partido con el Sevilla, que habría cambiado a siete y Toshack dio, en cierta ocasión, explicación sobre los cambios y acabó confesando que después de pasar de siete a cinco, cuatro y tres, acababa por decidir «que jugaran los mismos cabrones que el pasado domingo».

Mourinho sí cambió, para mal, el equipo que se enfrentó al Manchester City. Entre otras delicadezas técnicas, dejó fuera del equipo a Özil, Modric, Benzema y Sergio Ramos. A los tres primeros los recuperó y con ellos ganó el partido. Sin Sergio estuvo a punto de perderlo en los contragolpes de los ingleses. Como decía Toshack, es preferible jugar con los mismos «cabrones» que perdieron el partido anterior.

Posdata. Casillas sufrió castigo. Ahora, Sergio.